Cuando la palabra feminista ni se usaba, PáginaI12 ya era un diario feminista. Pregunta en una nota de hace 20 años: “¿Cuántas mujeres después de soportar la presión que implica una decisión como abortar, de la angustia y las dudas que golpean, cambiarán de idea al saber que el embrión que llevan en su vientre está ‘protegido’ y cuenta con su propio día en el calendario?”. La ironía fue escrita por Andrea Ferrari, entonces jefa de la sección Sociedad de PáginaI12, el 9 de diciembre de 1998. “Todo seguirá como hasta ahora”, se respondía. “Las mujeres que cuentan con los 1000 o 1500 pesos que sale un aborto bien realizado, en una clínica con todo el equipamiento necesario, seguirán haciéndolo, aunque sean las esposas de los miembros del gobierno que lleva adelante esta iniciativa o de los políticos que se niegan a debatir sobre el aborto porque creen que es piantavotos”. Decía Andrea que también seguirán haciéndolo “quienes acudan a alguna vecina del barrio que usa agujas para terminar con el embarazo y que tal vez acaben convirtiéndose en una de las 400 muertas anuales por complicaciones”.
La columna estaba debajo de una nota del querido Eduardo Videla, un periodista fallecido en 2014. Informaba Eduardo que Carlos Menem instauró el 25 de marzo como Día del Niño por Nacer tal como se lo había prometido al Papa Juan Pablo II. “Algunos de los integrantes de este diario que veníamos de hacer el mensuario El Porteño ya sabíamos lo difícil que era encontrar quien opinara libremente sobre la cuestión”, dice Andrea 20 años después. “La regla prácticamente en todo el mundo político era que hablar de aborto era sacar demasiado los pies del plato”, cuenta. “Incluso para quienes, en privado, podían manifestarse en favor de la legalización.”
En sus 31 años de vida el diario tocó el tema del aborto de manera crítica, es decir analítica, como parte de su agenda de derechos humanos, en medio de una pasmosa soledad periodística pero nunca en soledad social.
PáginaI12 jamás hurgó en la vida privada de los funcionarios salvo cuando no fuera realmente privada o cuando, de vez en vez, aparecieran revelaciones de interés público surgidas desde la propia familia. Zulema Yoma, ya separada de Carlos Menem, fue tapa en 1999 cuando contó que su esposo la había acompañado a hacer un aborto. “Si Zulema ofreció esa nota a PáginaI12 seguramente no fue casualidad”, reflexiona hoy Andrea Ferrari. “Difícil que otro diario aceptara darle difusión a esta bomba contra su ex. Y, por cierto, Menem nunca desmintió a Yoma pero siguió diciendo que estaba en contra del aborto.”
Además de la cuestión de la hipocresía de episodios como el de Zulema, al diario siempre le interesaron las cifras. Mariana Carbajal, que escribió cientos de notas sobre el tema, reveló en 2003 que una encuesta encargada por el CELS, el CEDES y la entidad Feim daba que el 80 por ciento estaba de acuerdo con la despenalización en casos de malformación, violación o discapacidad mental de la mujer. En general la aprobación del aborto libre superaba el 60 por ciento.
Mariana publicó la primera estimación encargada por el ministro de Salud Ginés González García sobre la cantidad anual de abortos: de 450 mil a 600 mil. Fue tapa.
Después de un año de debate, el 28 de mayo de 2007 las 250 organizaciones que integraban la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto presentaron su proyecto de despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. La nota, también de Mariana, fue tapa. Y volvió a serlo cuando al año siguiente el proyecto ya llevaba la firma de diputados del socialismo, de la Coalición Cívica, del ARI Autónomo y de aliados del kirchnerismo.
El diario en las diferentes secciones y en el suplemento Las12 (primero con Sandra Russo de editora y después con Marta Dillon) se ocupó de buscar cifras, fundamentos, voces de mujeres que abortaban, casos de muerte, adolescentes violadas, el uso del Misoprostol, la experiencia del México DF, las clínicas de España y, en los últimos años, la baja drástica del riesgo en Uruguay.
La articulación de los distintos movimientos era, naturalmente, otra parte de la historia constante. “Un hecho importantísimo fue el encuentro de mujeres de 2003, cuando entraron piqueteras y militantes de movimientos populares a los encuentros de mujeres y la demanda en favor del aborto legal se potenció”, dice Marta Dillon. Las mujeres estaban “hartas de que no las dejaran hablar en sus propias organizaciones sociales”. Recuerda Marta que cubrió para el diario el comienzo del Taller de Estrategias –sobre las estrategias para conseguir el aborto libre– y dice que la novedad fue que “ya no se discutía si había consenso, porque el consenso estaba, sino la forma de llevar el consenso a la práctica”.
Coinciden redactoras y editoras en que el Ni Una Menos iniciado en 2015 representó un enorme giro. “Se propuso llegar a todo el mundo y, al funcionar, habilitó una discusión sin límites, desde el micromachismo en la casa o el acoso callejero a la discriminación económica y la Justicia patriarcal”, dice Soledad Vallejos, una de las 20 organizadoras del Ni Una Menos y periodista de PáginaI12. “Además, enlazó generaciones. Abuelas, madres e hijas hablaron de cosas que antes estaban vedadas en la mesa, en la escuela o en el trabajo. Y entonces también el objetivo de legalizar el aborto quedó legitimado a nivel masivo. Era otro derecho más.”
La periodista Luciana Peker sostiene que “aunque alguien diga que es exagerado, yo digo que Mariana Carbajal cambió la historia y salvó vidas con el seguimiento del tema del aborto y su continuidad”. Dice Luciana que por ejemplo el fallo “F.A.L.” de la Corte Suprema, en 2012, no hubiera existido. Ese fallo exhortó a implementar protocolos hospitalarios, interpretó que no es punible la interrupción del embarazo proveniente de una violación y estableció que cualquier caso de aborto no punible no está supeditado a un trámite judicial.
La victoria del aborto libre en la Cámara de Diputados repitió una fórmula que nunca sale mal: combinó objetivos claros, espíritu de movilización, identidad, apertura mental, búsqueda de alianzas temáticas y cruces etarios, paciencia, resistencia, persistencia, datos, argumentos, sabiduría estratégica y astucia táctica.
Peker señala que “el aborto fue tema semanal por parte de socorristas, médicas, investigadoras, mujeres, cineastas, artistas, humoristas, ilustradoras, periodistas y escritoras”. Y añade: “Hicimos discurso del aborto y de ahí sale la idea, que es una idea de Marta Dillon, de sacar el aborto del closet”.
“Así fue que el periodismo feminista no solo contó sino que construyó el camino para la llegada del aborto legal en la Argentina”, opina Luciana, y la marea de pañuelos verdes parece darle la razón.