Francia debutó ayer en el Mundial de Rusia con su once más joven desde 1930 y una ajustada victoria por 2-1 ante Australia, en un partido donde la tecnología fue clave.
El VAR irrumpió por primera vez en la historia del Mundial a los 12 minutos del segundo tiempo, cuando el árbitro uruguayo Andrés Cunha debió constatar si el defensor Risdon le cometió falta dentro del área a Griezmann. Cunha decidió la continuidad del juego tras la acción pero inmediatamente el VAR, que estaba a cargo de Mauro Vigliano, le comunicó que la jugada estaba siendo observada. El uruguayo detuvo las acciones, observó en un monitor la repetición de la jugada y determinó que existió infracción y sancionó el penal, que Griezmann transformó en el 1-0.
La segunda colaboración de la ciencia en el fútbol mundialista aconteció a seis minutos del final, cuando un hermoso remate del francés Pogba pegó en el travesaño y picó detrás de la línea de gol en lo que fue el 2-1 para los europeos. La jugada fue muy rápida y la violencia del remate en otro momento hubiese provocado la polémica sobre si había ingresado o no el balón dentro del arco, pero Cunha en menos de cuatro décimas de segundo supo, a través de su reloj pulsera, que la pelota traspasó por completo la línea de gol gracias a la utilización de la GLT.
No obstante el triunfo, la actuación de Francia quedó demasiado lejos de las exigidas a un candidato a campeón, ya que Australia, a base del despliegue físico, lo complicó mucho. Sin embargo, el empate transitorio del equipo de Van Marwijk llegó a través de un penal convertido por Jedinak, luego de una mano de Umtiti, desviando uno de los tantos centros que tiró Australia.