Los lápices de colores desparramados sobre recortes de diarios y las hojas blancas en las que los pequeños periodistas comenzarán a plasmar sus ideas tapan casi toda la superficie de la mesa que, apenas se nota, es de madera. Madera manchada con restos de tinta y pintura. Alrededor de ella se reúnen semanalmente niños de 7 a 11 años para realizar Cordones Desatados, un periódico bimestral hecho por chicos y para chicos. Si bien en la agenda temática estaba previsto continuar investigando sobre la isla de basura del Pacífico, durante la reunión de sumario del sábado pasado decidieron que era otra la prioridad: “Hubo una Masacre en Texas. Un chico de 17 años entró armado al colegio y mató a diez personas, entre ellos a su maestro”, leyó Juan Martín, de 8 años, de un recorte de periódico. En la otra punta de la mesa, Felipe, de 11, reflexionó: “Debe dar mucha plata vender armas”. Renata, a su izquierda, se apresuró a contestarle: “Por eso en Estados Unidos las venden como si fueran caramelos”. La noticia de la semana ya estaba decidida y los posibles títulos comenzaron a surgir mientras Jéssica Fainsod, directora y editora de Cordones Desatados, intentaba registrarlos a las apuradas en un pizarrón blanco: “GTA real”, “Armas en acción”, “Armas en la escuela”, “Colegios en peligro”, “Armín de infantes”, “Juventud bombardera”, “Escuela con agujeros”, “La vida masacre”, “Una escuela con armas” fueron sugiriendo a los gritos las voces –todavía agudas– de los pequeños. Luego de una votación a mano alzada, el ganador por goleada fue “Armín de Infantes”: “un juego de palabras entre armas y jardín”, explicó uno de los niños.
Jéssica Fainsod es periodista, escritora y dramaturga. Hace dos años y medio que dirige Periodismo por chicos, un espacio donde se desarrollan talleres de redacción para niños de 7 a 11 años. En ese taller se realiza el periódico bimestral Cordones Desatados, con noticias de información general desde la mirada y las palabras de los más chicos. “En 2004, cuando fue Cromañón, habíamos hecho una publicación que se llamaba El Noti. Pero eso quedó ahí porque no le habíamos encontrado la vuelta. Hablo en plural porque veníamos pensando con un psicoanalista cómo los chicos llegan a las noticias y cómo ellos leen distinto eso que nosotros pensamos que es tan normal, tan cotidiano”, explicó Fainsod. Años después, decidió organizar el taller Periodismo por Chicos: “En los encuentros, son los chicos los que traen las noticias. Traen los recortes de noticias, que a veces son palpables y a veces son mentales, porque algunos no están acostumbrados a leer el periódico. Pero sí traen novedades de la tele, la radio, lo que se habla en el recreo, lo que escucharon en el colectivo, en la carnicería”, contó.
Una vez que se decidió que “Armín de Infantes” era el título ganador, los chicos tomaron lápiz y papel para empezar a dibujar lo que para ellos era la noticia de la semana. Los más ansiosos, se apresuraron a llevarle a Jéssica su creación a medio terminar. “A este dibujo le falta el piso, el ambiente, algo que muestre qué está pasando. ¿Qué está haciendo este nene con un arma?”, le preguntó Fainsod a uno de los más chiquitos, quien volvió corriendo a su silla a continuar la idea, anunciando que agregaría un cuadro de diálogo al personaje de su historia. Mientras tanto, Juan Pablo, el encargado de escribir el título, decidió que cada letra iba a tener forma de arma. “En su modo de contar las noticias, la imagen es algo central”, explicó Fainsod. Cordones Desatados, el nombre del periódico, está dibujado por los chicos con Letrasaurius: letras-dinosaurios. En el número 2 está narrada la génesis de las letras prehistóricas: “Cuenta la leyenda que hace miles de millones de años los Letrasaurios habitaban el Terriódico pero cayó un gomarito (una goma-meteorito) y los borró. Nosotros los estamos reviviendo al escribirlos en Cordones Desatados”.
Actualmente, la redacción de Cordones Desatados está compuesta por dos grupos que se reúnen los miércoles en San Cristóbal y los sábados en Palermo. “Yo creo los chicos están muy interesados, porque tienen un espacio donde poder hablar de esos temas que los invaden todo el tiempo, esas noticias que a los grandes nos acosan en todo momento. Hay muchas noticias que son muy agresivas y los chicos no saben qué hacer con eso. Son temas heavy metal los que traen, pero no se angustian. Y no hay angustia porque pueden hacer algo con eso, pueden contarlo”, explicó Fainsod. “La idea del taller es formar lectores, poder formar personas críticas que puedan aprender a ver la realidad desde distintos puntos de vista. Ellos tienen otra mirada, otra altura, que ojalá pudiésemos tener los adultos –agregó–. En el número 3, cuando hablábamos de la Guerra en Siria, uno de los nenes había hecho una historieta en blanco y negro, tomando la noticia sobre una bomba que había asesinado a un niño mientras jugaba a la pelota con sus amigos. Cuando me llevé sus dibujos para editar, yo le insistí mucho para que los pinte. Pero después me di cuenta que no era de fiaca que no quería pintarlos. Me di cuenta que, para él, la guerra era así. En blanco y negro”.
En las temáticas trabajadas, explicó la periodista, se reitera el tema de la guerra, el maltrato, la robótica, la contaminación y todo lo que tiene que ver con la naturaleza. También están preocupados por la pobreza y los derechos de los niños. La característica que comparten los chicos de 7 a 11, para la periodista, es la inocencia y la literalidad propias de la edad. El año pasado, cuando comenzó el taller, uno de los temas que más traían a los encuentros era el golpe en Brasil. “Una nena había dibujado a una mujer con un puño. Y yo no entendía. Después entendí: ese puño es el golpe, le dieron un golpe a la presidenta de Brasil. Esa es la mirada de los niños”, explicó Fainsod. “Muchas veces los chicos vienen con prejuicios, como tenemos todos, y los vamos desarmando con preguntas. Acá las preguntas son más importantes que las respuestas. Otras veces, son ellos los que ponen en cuestión los prejuicios de los adultos. Se quedaron muy sorprendidos con el relato que explica por qué a Lula da Silva le falta un dedo. ¿Cómo un médico le va a decir que un peón no necesita diez dedos?, se preguntaban. También se quedaron impactados con el grupo de WhatsApp que armaron las madres de un colegio para cambiar de curso a un niño con asperger”, relató la periodista.
Este año, el Centro Cultural de la Ciencia convocó a Jéssica Fainsod para realizar un periódico de ciencia hecho por chicos y para chicos. El taller se dictó durante enero y febrero y en abril se presentó el primer número. La idea es poder continuar la publicación, pero depende de que el Conicet decida seguir aportando fondos. Hasta el momento, Fainsod no tuvo novedades sobre el futuro del proyecto. “Uno de los temas que surgieron en el taller Periodismo por Chicos de Ciencia fue el de la clonación. Fue tremendo. El problema ético causó mucho alboroto, los puso muy nerviosos. Los chicos se preguntaban ¿Qué pasa si la copia se convierte en criminal? ¿Se podría revivir a Hitler?”, expresó la periodista. A diferencia del periódico sobre ciencias, el bimestral sobre información general que sale hace dos años y medio es autogestionado. Para pagar la publicación de los 1000 ejemplares que imprimen de cada número, Fainsod y los padres se ocupan de vender rifas y bonos de contribución.
Informe: Azul Tejada.