Con un cabezazo de Harry Kane en tiempo de descuento, Inglaterra evitó formar parte de los batacazos de la primera fecha de Mundial y superó a Túnez por 2-1 en el Volgogrado Arena. Con este resultado, los eliminados en primera ronda del último mundial no le perdieron pisada a Bélgica, que más temprano superó por 3-0 a Panamá por el Grupo F.

El elenco dirigido por Gareth Southgate comenzó el certamen con el pie derecho a pesar de no tener una actuación convincente frente a uno de los rivales más débiles de su grupo. La proposición del entrenador fue clara: poblar la mitad de la cancha para recuperar la pelota rápidamente, hacerse de la posesión y abastecer a sus extremos, quienes tendrían que hacer lo propio con su goleador, figura y capitán Kane. Se podría decir que tal propuesta fue un éxito si se tiene en cuenta que el jugador de Tottenham marcó los dos goles. Sin embargo, si el resultado fue favorable a Inglaterra fue por los errores de un Túnez extremadamente débil en el juego aéreo. Cada vez que los ingleses tiraban la pelota al área uno de los propios ganaba de arriba. Y así llegaron ambos tantos. Además, si había algún rebote, también quedaba para los de rojo (color que ayer vistió Inglaterra y confundió a más de un desprevenido espectador que pensó que eran los tunecinos, que jugaron de blanco). Es que los africanos, ante la segunda jugada, encaraban directamente hacia su propio arco para hacer bulto. Y así fue que a través de cabezazos en la línea, pelotas en el palo o desvíos en los defensores, Túnez se salvó en numerosas situaciones de tener que observar los festejos ingleses.

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Kane festeja el segundo de su cosecha en Volgogrado.

Especialmente decepcionante en el conjunto ganador fueron las actuaciones de sus extremos, Young y Sterling. Los jugadores del United y del City fueron un canto a la ineficacia, tanto que el segundo fue la primera opción de cambio del DT y salió por el movedizo e indomable Rashford. Pero los problemas británicos no estuvieron sólo arriba. A la línea de tres defensores formada por Walker, Maguire y Stones tampoco se la vio segura. El principal problema de los centrales fue la imprecisión al intentar salir con pelota dominada frente a una tibia presión rival. Para colmo, Walker fue el artífice de la única situación clara de gol tunecina al impactar con su codo en la cara de Fakhreddine Ben Youssef en el área y generar el pitido del colombiano Wilmar Roldán. Ferjani Sassi convertiría el penal y festejaría el transitorio empate rezando en el suelo.

A pesar de las obvias diferencias entre un equipo tasado en 874 millones de euros y otro que no llega a los 60, si algo se destacó durante el encuentro fue el atrevimiento tunecino para salir jugando limpiamente desde abajo. Ahí se destacó el defensor Dylan Bronn, quien hasta se animó a tirar una “calesita” frente a dos rivales para escapar de sus marcas.

La próxima fecha, Bélgica-Túnez (sábado) e Inglaterra-Panamá (domingo).