Gonzalo Carou, capitán de la selección argentina de handball, confía en que el Mundial de Francia (se desarrollará del 11 al 29 de enero) suponga para los Gladiadores “el salto cualitativo” después de notables actuaciones en grandes citas internacionales a las que les faltó el remate de las clasificaciones a las rondas de definición. El pivote del Ademar de León, que disputará su noveno torneo ecuménico, se mostró convencido de que este “puede ser el Mundial de Argentina, siempre que las lesiones no se interpongan, por la madurez en la que llega el equipo”. El veterano jugador de 37 años se incorporará a la selección en el Torneo de Irún este fin de semana, tras perderse la preparación llevada a cabo en Buenos Aires por el resto de sus compañeros debido a su inminente paternidad.
Carou debutó con Argentina en 2001, en el anterior Mundial disputado en Francia, y desde entonces participó de otras ediciones en las que a los Gladiadores les faltó poco para lograr situarse entre las mejores selecciones, como en el anterior campeonato en Qatar, “que fue muy raro y estábamos para algo más”. De cara a la cita en tierras francesas, el jugador ademarista destacó “el buen momento de muchos jugadores que además se quedaron, tras los Juegos Olímpicos disputados el año pasado en Río de Janeiro, con ganas de rematar porque faltó muy poco”. El representativo nacional cuenta con la base de los últimos campeonatos, por lo que el capitán reconoció que “está costando que llegue el relevo, a pesar de que en categorías inferiores están saliendo jugadores interesantes, pero todavía jóvenes”.