La propuesta del viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, de censar y expulsar a los gitanos que viven irregularmente en Italia provocó no sólo la condena de la Iglesia y una denuncia penal por parte de la oposición, sino que también fue rotundamente rechazada por sus socios del Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
“Censo de los gitanos y control de los dineros públicos gastados. Si la propuesta es de izquierda va bien, si lo propongo yo es racismo. Yo no me doy por vencido y sigo adelante. Primero los italianos y su seguridad”, escribió, ayer, Salvini en su cuenta de la red social Twitter. El líder de la derechista Liga Norte y también ministro del Interior había sacudido el tablero político el lunes al anunciar que estaba trabajando en una idea para saber quiénes, cómo y cuántos eran los gitanos que vivían en el país. Apenas una semana antes, había advertido a Europa que no permitirá más desembarcos en los puertos italianos de barcos de ONG que rescatasen migrantes en el Mediterráneo. Ayer, Salvini, cuestionado por sus declaraciones xenófobas, insistió en su postura y confirmó que seguía adelante con sus planes.
Apenas conocida la propuesta, el arco político y social italiano se unió en el rechazo a la idea de establecer cualquier tipo de registro hacia los integrantes de la etnia gitana.
Luigi Di Maio, líder del M5E y también vicepremier junto a Salvini en el gobierno de coalición que integra con la Liga, fue el primer exponente del Ejecutivo en rechazar de forma categórica el anuncio. El también ministro de Trabajo afirmó que cualquier hipótesis de censo, registro o reconocimiento era contraria a la carta magna italiana. “Si una cosa no es constitucional no se puede hacer”, aseguró ya el lunes por la noche Di Maio, luego de que Salvini convocara a hacer un registro de esa etnia, informó ayer el diario italiano Corriere.
El cruce con Salvini por la postura frente a los gitanos constituye el primer roce en el gobierno que juró el 1 de junio con el abogado Giuseppe Conte como premier, pero en el que los verdaderos hombres fuertes son los líderes de la Liga y el Cinco Estrellas.
El pedido del líder de la Liga Norte, según dijo, es expulsar a aquellos que se encuentren en una situación irregular. “A los gitanos italianos, desafortunadamente, habrá que quedárselos”, agregó luego. Después, para bajar el tono a sus declaraciones, Salvini aclaró que solo se trataba de conocer la situación, sin tomar huellas dactilares de nadie.
A los rechazos surgidos en el seno del propio gobierno se sumó, además, la Iglesia católica horas después de que Salvini anunciara un encuentro con el papa Francisco para esta semana. “Ciertas afirmaciones son contrarias a nuestra fe. Decir ‘nosotros los expulsamos’ es exactamente lo contrario al concepto cristiano de acogida”, planteó ayer el director de Cáritas de Roma, monseñor Enrico Feroci, citado por el diario Il Messaggero en su edición online.
La propuesta de Salvini provocó, a su vez, una denuncia por “instigación al odio racial”, presentada por el diputado de la fuerza de centroizquierda Libres e Iguales, Roberto Speranza. “Ahora basta. Salvini insiste incluso hoy (por ayer) con el censo de gitanos. Para mí no alcanzan más las palabras. Por eso decidí denunciarlo bajo la ley Mancino 654/75”, aseguró Speranza, reproducido por la cadena Rai.
Carlo Stasolla, presidente de la Asociación 21 de Julio, un grupo que lucha por los derechos de los gitanos, por su parte, dijo: “El ministro del Interior no parece conocer que un censo basado en etnicidad no está permitido por ley”.
También el ex primer ministro Paolo Gentiloni, del Partido Democrático, arremetió contra Salvini. “Ayer los refugiados, hoy los romaníes, mañana pistolas para todos. Qué agotador es ser malvado”, tuiteó Gentiloni. “El camino desde un censo a un campo de concentración es corto. Salvini aparentemente decidió celebrar el aniversario número 80 de las leyes raciales”, alegó, por su parte, Chiara Gribaudo, diputada del partido de Gentiloni, haciendo referencia a la era de Mussolini.
“El anuncio de un posible censo de la población gitana en Italia preocupa y despierta recuerdos de leyes y medidas racistas de apenas 80 años atrás y tristemente cada vez más olvidadas”, aseguró la presidenta de la comunidad judía italiana, Noemi Di Segni. La argumentación de Salvini para expulsar gitanos se concentra en el supuesto beneficio que, según el programa conjunto de la Liga y el M5E, traerán a los niños de origen gitano las políticas que pondrán en marcha a partir del censo. “Queremos proteger sobre todo a los miles de niños a los que no se les permite asistir a la escuela con regularidad porque se prefiere introducirlos en la delincuencia”, aseguró.
En una apelación al bolsillo de los votantes, Salvini lanzó la controvertida propuesta de que el censo serviría también para controlar el destino de millones de euros que provienen de fondos europeos, recogió la prensa de la península.
Se estima que en Italia viven entre 100.000 y 180.000 gitanos. Sin embargo, a pesar de la fijación del líder xenófobo con el pueblo romaní, un relevamiento hecho el año pasado por la comuna de Roma, gobernada desde 2016 por el M5E, mostró que en la capital italiana viven unos 4500 gitanos, 3000 menos que hace siete años. Los romaníes fueron altamente perseguidos en Europa por siglos. Cientos de miles fueron asesinados en el genocidio perpetuado por la Alemania nazi, lo que redujo entre un cuarto y la mitad de su población.
La polémica tiene lugar a una semana del que será, miércoles 28 y jueves 29, la primera reunión en Bruselas del primer consejo europeo de la nueva administración. En ese marco, este martes se conoció que los pedidos de asilo de migrantes entrados por mar a Grecia, una de las vías de acceso oriental a la UE creció un 60,5 % respecto de 2017.
En este contexto una encuesta publicada ayer por la organización Oxfam Intermón develó que dos de cada tres ciudadanos españoles, el 65%, cree que hay que cambiar la legislación y el sistema de acogida de la Unión Europea para que los inmigrantes y refugiados no pongan su vida en peligro en el Mediterráneo.
Mientras tanto, más de 500 refugiados rescatados la semana pasada en operaciones en el Mediterráneo y que se encuentran a bordo de una nave de la guardia costera italiana esperaban ayer la autorización de la cartera que conduce Salvini para desembarcar en Sicilia.