Desde Moscú
El tiempo corre demasiado rápido en los días mundialistas, y cada traslado significa una inversión grande en ese aspecto. El cansancio se va acumulando y las horas de sueño son cada vez menos. La opción para la jornada de ayer era descansar un poco más, después de un lunes agitado, o realizar una visita a una feria tradicional en el norte de Moscú, con el acompañamiento de un colombiano que se convertiría en el guía. Contra cualquier pronóstico, debido a que el horario de salida era demasiado temprano, Juan Panno aceptó el desafío debido a que estaba decidido a ejecutar la excursión. El traslado fue extenso, pero en el camino se pudo apreciar el Monumento a los Partisanos, que se instala en la estación Teatralnaya del Metro, en homenaje al pueblo que colaboró con el ejército ruso en la Segunda Guerra Mundial. La estatua la integran un soldado y una señora a su lado que sostiene un fusil.
En la combinación de la misma parada, pero en la línea Azul, se encuentra la estatua de Lev Yashin, el legendario arquero soviético que fue considerado el mejor del mundo en su puesto. A Yashin lo llamaban “La Araña Negra”, por los colores oscuros que usaba en su vestimenta. Lo que se podía encontrar también ahí era el “perro de la suerte”, al cual Panno volvió a acariciarle el hocico como el día anterior. La novedad era el “gallo del dinero”, que tocándolo unos segundos garantizaba plata eterna, según el colombiano. Panno salió disparado hacia el gallito y lo abrazó como si fuera Lionel Messi.
La última parada fue el objetivo central, la feria que se instala en el Kremlin de Ismailovo. El grupo arribó luego de una hora y cuarto de viaje y se encontró con una ciudad dentro de otra ciudad, una especie de matrioshka (lo que muchos llaman erróneamente mamuschka). Alguien dijo que el sitio era lo más parecido a la República de los Niños platense, pero la realidad señalaba que de lejos se lo veía como Disneylandia.
Las tiendas tienen todos los productos típicos de Rusia, y también artículos del Mundial. Panno todavía no ha podido encontrar lo que vino a buscar concretamente a Rusia, que es la matrioshka de Messi. La sorpresa apareció al final de la visita, entre tantos souvenirs apareció la matrioshka de Mauricio Macri. “¿Y ese quién es?”, preguntó en inglés un asiático que estaba cerca. Un turista argentino escuchó y se metió en la conversación: –“te lo digo silbando”, dijo –y ahí nomás comenzó entonar el llamado hit del verano.