El paro nacional de la CGT se acerca de manera inexorable. Sin embargo, hay sectores gremiales que consideran que en el actual contexto político y económico la medida de fuerza es insuficiente. Este heterogéneo grupo, que ayer se reunió en la sede del Smata que conduce Ricardo Pignanelli y donde participaron referentes de la UOM, pilotos, gráficos, luz y fuerza y la Unión Ferroviaria, entre otros, coincidieron en la necesidad de trabajar para transformar la CGT en central obrera opositora al programa económico del gobierno de Cambiemos y que convoque al resto de los sindicatos alrededor de cinco principios básicos.
La reunión de ayer tuvo como protagonistas, además de Pignanelli, a Antonio Caló de la Unión Obrera Metalúrgica, Sergio Sasia de la Unión Ferroviaria, Pablo Biró de la Asociación de Pilotos, Raúl Quiñones de Tabaco, Guillermo Moser de Luz y Fuerza, Héctor Amichetti de la Federación Gráfica Bonaerense y Marcos Castro del Centro de Capitanes de Ultramar, entre otros.
Por un lado, la presencia del líder metalúrgico y el de los mecánicos da cuenta de un comienzo real del proceso de renovación de la conducción sindical que se quiere realizar sí o sí el próximo 22 de agosto y que se hará a pesar de que ya no dan los plazos que exige el reglamento de la CGT. El otro detalle de la reunión fue la presencia de dirigentes del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) como Sasia y Castro pero también de la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) como Biró y Amichetti. “Debemos crecer de manera horizontal dejando de lado las siglas de cada sector y avanzar en la construcción de una agenda programática”, confiaron a PáginaI12 los protagonistas del encuentro.
El crecimiento horizontal al que hicieron referencia los sindicalistas tiene que ver con la necesidad de sumar la mayor cantidad de gremios posibles alrededor de, por ahora, cinco puntos básicos. Es lo que ayer denominaron como la “agenda” y que incluyen un posicionamiento firme en cuanto a la defensa del transporte, la energía, la producción, la salud y la educación. Si bien son ítems generales también es cierto que abarca a buena parte de la ramas gremiales de la central obrera pero los que ayer participaron de la reunión en Smata consideran como imprescindibles a la hora de convocar. En ese punto juran que no se habló de posibles candidaturas para la Secretaría General de la CGT sino del tipo de central obrera que necesitan los trabajadores. “Es preciso contar con una CGT fuerte porque nadie negocia con débiles y menos divididos”, sintetizó Biró.
Algo más de dos horas conversaron los dirigentes que habían llegado de a uno hasta la sede de los mecánicos. Allí los esperaba Pignanelli quien rompió la inercia y comenzó a jugar de manera más decidida en la construcción de la futura central obrera. Algo similar ocurrió con Caló que, si bien no había dejado de mantener contacto con diferentes sectores sindicales había preferido moverse en un exagerado bajo perfil.
En ese marco de construcción, los dirigentes reconocieron que esperan contar con la presencia de dirigentes camioneros e inclusos de aquellos que integran los sectores conocidos como gordos e independientes. Las conversaciones existen pero ahora esperan poder concretarlas en reuniones que deriven en los tan mentados acuerdos básicos. Por lo pronto prometieron reiterar el encuentro la semana próxima pero con más participantes. “Somos sindicatos en marcha”, bromeó Sasia cuando salió del edificio de Smata para luego asegurar que es una figura que grafica lo que necesita la CGT.
La presencia de la Corriente Federal no significa un quiebre interno a pesar de que el bancario Sergio Palazzo sea parte de un acuerdo con Pablo Moyano para disputar la conducción de la CGT. “Si estamos todos juntos triunfaremos”, aseguraron los representantes de la Corriente.