"Había que priorizar el acto cívico y popular; recuperar la presencia de los ciudadanos, sin vallas ni operativos de seguridad especiales", expresó el gobernador Miguel Lifschitz sobre la ausencia del presidente Mauricio Macri al acto por el Día de la Bandera. Sin la figura del mandatario nacional -‑que suspendió la noche anterior-‑, la celebración pasó por un acto corto y la posterior fiesta popular que empezó antes del mediodía, con desfile ciudadano, música en vivo y asado a la estaca. A diferencia de los dos años anteriores, no hubo vallas en el perímetro del Monumento Nacional a la Bandera, tal como exige la comitiva presidencial cada 20 de junio para la llegada de Macri. En calle Belgrano, rosarinas y rosarinos disfrutaron del desfile ciudadano. "Es una fiesta de la gente, de jóvenes y niños, sin que se convierta en un acto cerrado y politizado", destacó el gobernador, quien dijo que habló antes con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. "Conversamos y le manifesté las dificultades que ocasionaba tener una ciudad vallada y extremar medidas de seguridad que son lógicas, por tratarse del presidente. Hubo una idea del gobierno que compartimos de no alterar con medidas extremas lo que debe ser un acto cívico". Más tarde agregó: "Antes era un acto de pocos". Frigerio habló del tema, horas después (ver recuadro). La intendenta Mónica Fein manifestó: "Debemos recuperar este espacio. Es una fiesta en paz", destacó tras los motivos de "falta de garantías de seguridad" que alegaron desde Nación, al enterarse de las manifestaciones (ver aparte). El ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, rechazó que no estuvieran dadas las condiciones. Un incidente llevó tensión al desfile, por pocos minutos, cuando un hombre esgrimió un cuchillo envainado y fue detenido.

Tras el acto en conmemoración por los 198 años de la muerte de Manuel Belgrano que duró un cuarto de hora, donde no hubo ningún funcionario del Gobierno Nacional y la intendenta fue la única oradora, el gobernador aseguró que "había que priorizar el acto cívico y popular. Era importante recuperar la presencia de los ciudadanos, sin vallas y sin operativos especiales. De ahora en más hay que resignificar este acto como otras fechas patrias, que no tienen que ser políticas, sino abiertas a la participación", dijo el mandatario provincial. En la conferencia, fue consultado sobre una charla con el ministro Frigerio: "Le manifesté las dificultades que ocasionaba tener una ciudad vallada y extremar las medidas de seguridad, pero entendemos la lógica tratándose del presidente. Hubo una idea del Gobierno que nosotros compartimos, de no alterar con medidas de seguridad extremas lo que debe ser un acto cívico. Se habían tomado las medidas correspondientes, dos o tres días antes", aseguró.

Para Lifschitz, la fecha patria "se había ido desvirtuando y politizando, había dejado de ser para los ciudadanos, y lo importante es recuperar ese espíritu", señaló. La falta del presidente llevó además a que el gobernador no fuera uno de los oradores. "Si se hubiera hecho como estaba previsto, probablemente hubiéramos dicho algunas palabras, pero nos pareció que si no hacíamos un acto político estaba bien que la intendenta diera el saludo de bienvenida. No comparto que no haya venido, pero hay que instalar que es una fiesta de la gente. La seguridad presidencial es responsabilidad del gobierno nacional", dijo.

Por su parte, la intendenta Fein consideró que "es una necesidad de todos los argentinos recuperar el 20 de junio. Debe ser un día donde la bandera celeste y blanca, junto con Belgrano, nos convoque a todas y a todos, sin diferencia. Es un desafío y lo tenemos que construir entre todos, por eso organizamos este desfile, con más de cinco mil personas, después de mucho tiempo". Más tarde, destacó: "Quisimos hacer una fiesta con el vecino como protagonista. Les decimos gracias con este desfile". Ante consultas sobre las cuestiones de seguridad, lamentó que "se aproveche para estigmatizar" a Rosario con ese tema.

Antes del acto, el ministro Pullaro negó falta de seguridad para Macri: "Estuvimos trabajando los últimos tres días con Casa Militar, fuerzas federales, y se abordó un operativo con lo requerido para el resguardo del presidente. Estaba garantizada la seguridad tanto para él como para todos los ministros que pudiesen estar hoy aquí. A última hora de ayer (por el martes), el presidente, por intermedio de Casa Militar, se comunicó con nosotros diciendo que no iba a participar del acto, pero bajo ningún concepto se trató de su integridad. Fueron tres días de trabajo y desde ya que estaba garantizada la seguridad. No coincidimos con lo que se dijo. Se sabía que iba a haber manifestaciones y en torno a eso también se planificó un operativo con vallas; pero todo esto cambió radicalmente. Nosotros habíamos trabajado para que el presidente esté acá. El planteo tenía que ver con las manifestaciones", dijo.

Un momento de tensión se vivió pasadas las 11.30, cuando un hombre que venía en una de las columnas del desfile subió al palco donde estaba el locutor del acto, quiso tomar el micrófono y tuvo que subir personal de la Guardia Urbana. Entonces, el hombre esgrimió un cuchillo. "Dijo que nos venía a salvar, que era hijo de Evita", relató un agente de la GUM. Personal de esa dependencia municipal, junto con agentes de Gendarmería, redujeron al hombre y le quitaron el arma blanca. En menos de tres minutos estaba esposado y fue trasladado a una dependencia policial.