El Gobierno de la Ciudad dispuso una suba del 100 por ciento en la tarifa de los parquímetros al establecer por decreto que la hora de estacionamiento medido pase de 4 a 8 pesos. Actualmente hay 4000 parquímetros en las calles porteñas, pero una ley aprobada en diciembre contempla que se llegue a los 87.000 en menos de dos años.
En marzo de 2015 la gestión del PRO en la Ciudad había llevado la tarifa de 3 a 4 pesos la hora y ahora la duplicó hasta llegar a los 8 pesos. A la suba del monto se le suma la complicación de que las máquinas no aceptan monedas de 2 pesos, por lo que la única alternativa es encontrar un comercio que venda las fichas para el parquímetro. En realidad la ficha ya se pagaba 8 pesos en esos lugares, pero hasta ayer ese cospel permitía estacionar el auto durante dos horas y ahora solo habilitará una hora.
La resolución firmada por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, justifica el nuevo aumento en una búsqueda de más “rotación de los vehículos estacionados” para minimizar el impacto “en el tránsito y en el medio ambiente”. También advierte que ante la suba registrada en los estacionamientos privados “producida por el contexto inflacionario”, la tarifa de los parquímetros generaba “un comportamiento de estacionamiento muy cercano a lo que se denominaría libre”.
Entre los argumentos para la suba, el Ejecutivo porteño habla de evitar un perjuicio a la “ecuación económico-financiera” de las dos empresas que tienen la concesión del servicio. Se trata de las compañías Dakota-STO y BRD-SEC, que recaudan tanto por los tickets de estacionamiento como por el acarreo de los autos, a pesar de que tienen los contratos vencidos desde 2001 y pagan un canon de apenas 55.000 pesos mensuales cada una. En septiembre el gobierno porteño les dio otro beneficio al aumentarles también el pago por auto acarreado, que pasó de 580 a 750 pesos.
Si bien hoy son 4000 los parquímetros en las Ciudad, en diciembre pasado el Ejecutivo de Rodríguez Larreta consiguió que la Legislatura apruebe la nueva ley que llevará ese instrumento de estacionamiento pago a 14 de las 15 comunas porteñas con una nueva escala que dividirá entre conductores “residentes” y “no residentes”. Habrá tarifas que aumentarán progresivamente a la cantidad de tiempo que el rodado permanezca estacionado en las zonas más comerciales o de mucho tránsito.
Para entrar en la categoría de “residente” se aceptará un sólo vehículo por casa, el cual deberá estar registrado el mismo domicilio en el DNI y en la cédula verde o azul del auto. A 200 metros a la redonda de la casa, el “residente” podrá estacionar de manera gratuita si es una zona considerada de tarifa “sencilla”, es decir de baja demanda. En los lugares en los que rija la escala más alta los “residentes” tendrán un descuento del 50 por ciento en el costo del estacionamiento.
“Significa un nuevo golpe al bolsillo de la gente, que se suma al tarifazo en los servicios públicos, al aumento del subte y a los incrementos en la canasta básica alimentaria”, aseguró el legislador Mariano Recalde (FpV) cuando se discutió la ley. La reforma al sistema de estacionamiento medido es un proyecto que el PRO impulsa desde que el actual presidente Mauricio Macri gobernaba la Ciudad, pero la iniciativa estuvo tres años frenada debido a amparos judiciales.
De los 4000 parquímetros actuales, ubicados mayoritariamente en los barrios de Recoleta, Palermo y San Telmo, se pasará en dos años a 87.000 “terminales multipropósito”, dispuestas en más de 10.000 calles de la Capital Federal. Esas nuevas terminales dejarán de cobrar en efectivo y lo harán a través de la SUBE, tarjetas de crédito y débito o mediante aplicaciones instaladas en teléfonos celulares. El Gobierno porteño invertirá 18 millones de dólares en el equipamiento de las terminales y los sistemas de pago electrónico. A las concesionaria les abonará un monto mensual, más un incentivo del 10 por ciento de los ingresos brutos, por la presentación del servicio de acarreo, control y mantenimiento de las terminales.