El Banco Central y el Ministerio de Hacienda comenzaron a rematar ayer los dólares del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La autoridad monetaria realizó la primera subasta diaria de divisas por 100 millones de dólares para transmitir tranquilidad al mercado cambiario. Los vendió a un promedio de 27,40 pesos para los inversores mayoristas. Los funcionarios adelantaron que repetirán esta subasta por 75 días hábiles. La estrategia implicará, si el mercado toma esas divisas todas las jornadas, sacrificar para el 5 de octubre unos 7500 millones de dólares, cifra equivalente al 15 por ciento del crédito de urgencia negociado en Washington con el FMI. Es decir que la calma que pretende lograr el Gobierno se agotaría a corto plazo. Si no se produce una resolución de fondo de los problemas que generaron la corrida, hacia el inicio de la primavera puede volver recargada. Ayer el dólar minorista cerró a 28,19 centavos, al disminuir 27 centavos. La cotización mayorista, en tanto, quedó en 27,50 pesos, con un retroceso de 26 centavos. La recalificación a mercado emergente de MSCI colaboró para moderar la presión cambiaria.
La autoridad monetaria a cargo de Luis Caputo difundió un documento en el que detalla cómo será la venta de divisas en los próximos meses. Uno de los objetivos fue desmarcarse de la gestión de Federico Sturzenegger, en la cual las intervenciones se hacían en forma discrecional llegando a venderse un pico diario de 1472 millones de dólares para intentar contener la divisa. El mercado nunca entendió el criterio de la entidad, que al tiempo que remataba reservas aseguraba en conferencia de prensa que el tipo de cambio era flexible, es decir que la cotización se tenía que definir por la oferta y la demanda de los privados.
“Se comunica que, de acuerdo a lo solicitado por el Ministerio de Hacienda, comenzará a ejecutarse el programa de licitaciones diarias (de divisas) para adjudicar los dólares provenientes del componente de apoyo presupuestario del financiamiento provisto por el Fondo Monetario Internacional”, dijo el Central. Aclaró que “el cronograma inicial contempla la venta de 100 millones de dólares diarios para los próximos 75 días hábiles. La cifra será equivalente a 7500 millones, que se emplearán para afrontar los gastos (del Gobierno) denominados en pesos”. La entidad abrió el paraguas y mencionó que los montos subastados pueden superar los 100 millones de diarios si el Ejecutivo lo dispone. “Si es necesario adecuar el cronograma de subasta de divisas por mayores necesidades estacionales de pesos (del Tesoro), se anunciarán oportunamente las readecuaciones”, adelantó.
Las divisas que ingresan por el endeudamiento externo empezaron a manejarse a partir de esta semana con un nuevo criterio contable. El Central ya no emite pesos para comprarle dólares de la deuda al Tesoro e intentar sumar reservas. Ahora funciona de simple intermediario. Subasta los dólares del sector público con un cronograma específico de montos y fechas para que el sector privado se los quede a cambio de darle pesos al Tesoro. La nueva contabilidad no cambia el problema estructural. La economía argentina sigue financiando la fuga de capitales con deuda (que empezó a aportar exclusivamente el FMI) y el rojo de la cuenta corriente sigue sin bajar, donde se destaca el desequilibrio de la balanza comercial (ver aparte).
El Central menciona que las divisas que se subastan permiten que el sector público cuente con los pesos suficientes para cubrir el déficit fiscal. Pero en la práctica funciona también como una estrategia indirecta para intervenir en el mercado cambiario. Caputo avanzó en este mecanismo porque el FMI y la calificadora de riesgo MSCI le vetaron la posibilidad de participar directamente en la plaza cambiaria ofreciendo reservas. El FMI dejó explícito en su documento de acuerdo del préstamo que cortará el financiamiento si el país pone controles de capitales o busca mantener una cotización artificial del dólar. Las reservas internacionales se ubicaron en 48.475 millones de dólares, con una suba de 374 millones.