Trabajadores del Hospital El Cruce de Florencio Varela, establecimiento médico de excelencia con el mayor número de transplantes hepáticos, renales y de medula ósea del país, denunciaron el vaciamiento de la institución. Además de los problemas de insumos, indefinición de la situación laboral de doscientos profesionales contratados y las bajas paritarias ofrecidas –15 por ciento en tres cuotas, cuando se exige un mínimo de 25 por ciento–, el jueves de la semana pasada las autoridades informaron un recorte presupuestario del 42,9 por ciento. Esta semana, como prueba del vaciamiento que amenaza el nivel alcanzado por el hospital, se redujo la cantidad de bidones de agua potable disponibles por una deuda con la empresa proveedora. Para denunciar la situación y exigir la restitución del total del presupuesto, el próximo jueves 28 de junio a las 11 se realizará un abrazo solidario bajo la consigna “Salvemos al Hospital El Cruce”.
El hospital de alta complejidad en red, creado en 2007, demostró ser un modelo de gestión y de resultados sanitarios exitosos. Sin embargo, el Estado viene llevando a cabo un achicamiento que está afectando tanto a los pacientes como a los trabajadores. “Anteriormente teníamos insumos disponibles en cantidad. Lo que pasa, ahora, es que como se está comprando de a poco, de a puchos, hay días en que por ejemplo nos quedamos sin jeringas”, denunció Damián Zamorano, enfermero del servicio de admisión al paciente crítico. Debido al recorte presupuestario, “se postergan cirugías y tenemos muchísimos problemas para resolver dolencias complejas: cirugías cardiovasculares, trasplantes, colocación de prótesis, de ortopedias. Todo lo que implique un alto costo se va postergando, se va pateando la pelota hacia adelante. El paciente, lamentablemente, termina falleciendo antes de recibir la prótesis o la cirugía correspondiente”, explicó el enfermero.
Desde el miércoles, según informaron los trabajadores, hay una gran falta de bidones de agua potable en el hospital. “Anteriormente había 350 dispensers. Lo que hicieron durante esta semana fue reducir esa cantidad a 40. Por lo tanto, están entregando muchísimos menos bidones. Se agotan rápidamente. Se dice que hay una deuda de tres meses con la empresa que los entrega”, explicó Zamorano. “En el servicio de pediatría, que es lo más preocupante, han sacado los dispensers, con lo que esto significa. Hay madres con sus hijos internados y esto es totalmente perjudicial, tanto en el armado de la leche como en la higiene de la mama. Tampoco pueden hacerse infusiones durante la noche”, agregó.
El hospital, considerado una institución de excelencia en el país y en Latinoamérica, recibe el 70 por ciento de sus fondos de la nación y el 30 restante de la provincia de Buenos Aires. Según explicaron los trabajadores, El Cruce proyectó para su funcionamiento durante el año 2018 2574 millones de pesos. Sin embargo, en los presupuestos aprobados, se destinó un 42,9 por ciento menos de lo acordado. El jueves de la semana pasada, las autoridades reconocieron públicamente el recorte, en una reunión que mantuvieron con los jefes de cada servicio.
Desde la Asociación de Profesionales del Hospital El Cruce señalaron que, además de anunciar la reducción del presupuesto, los funcionarios “les ‘sugirieron’ a los jefes de servicios que ‘ahorren’ para no generar gastos adicionales, buscando hacerlos cómplices de la situación. Este ahorro atenta claramente contra la atención de calidad que brinda la institución”.
“Esto tiene que ver con una política de ajuste a nivel país, a nivel nacional y a nivel provincial. A esta gente no le interesa ni la salud ni la educación. Nosotros atendemos fundamentalmente a pacientes de Florencio Varela, Berazategui, Almirante Brown, Quilmes: un sector aislado, pobre. No les interesa la atención a ese tipo de pacientes, a ese tipo de población”, consideró el enfermero.
“Hace un año y medio se venía dando un proceso de degradación progresiva de las actividades que son propias de un hospital cerrado de cuarto nivel, de altísima complejidad, de mucha calidad, reconocido internacionalmente. Todos los hospitales están pasando por una reducción de presupuesto muy grande. Pero un 40 por ciento de recorte es letal para un hospital como éste, que no soporta un achique de ese tamaño. Tenés que dejar de internar gente, tenés que dejar de comprar drogas, tenés que dejar de mantener equipos”, explicó Daniel Gollan, ex ministro de Salud de la Nación.
“Esto se da claramente dentro del marco de recorte que se ha comprometido a hacer el gobierno en distintas áreas, de acá a fin de año, por el arreglo con el Fondo Monetario Internacional. Ellos ya venían con un desfinanciamiento programado de todo el sector público de la salud, pero ahora esta reducción tan drástica, indudablemente, está basada en el acuerdo con el Fondo”, informó Gollan. Y agregó: “Además, según denunciaron los compañeros trabajadores del hospital, entró a trabajar una gran cantidad de personas con cargos que no se sabe bien a qué van, son cargos de mayores sueldos, básicamente controlando a la gente, controlando el presentismo. Hablan de una cantidad importante, más de 100, 120 personas. La mayoría, según dicen, son militantes oficialistas”.
Otra consecuencia que podría traer el ajuste, concluyó el ex ministro, “es el cierre de la Asistencia Médica Integral (AMI), un departamento especial que atendía a unos 15.000 pacientes del PAMI dentro del hospital”.
Informe: Azul Tejada.