Pese a no contar con plantaciones de cacao, Bariloche se convirtió en la ciudad con la producción de chocolate más exquisito y premiado del país, llegando a ser declarada oficialmente por el Congreso de la Nación como la Capital Nacional del Chocolate. Además, gracias a la calidad del producto y su sabor inigualable, el chocolate de esta región recibió también reconocimientos internacionales. Con el tono rojo predominante y un chocolate producido con altos estándares de calidad desde el origen, Mamuschka cosechó el año pasado tres medallas en el International Chocolate Awards en New York y seis en los Academy Chocolate Awards, otorgados por la Academia del Chocolate, fundada en 2005 en Inglaterra.
Desde la Cámara de Chocolateros de Bariloche aseguran que en los orígenes del chocolate artesanal en Bariloche los pioneros reflejaban las costumbres europeas de los lugares de montaña, que luego tuvo un impacto como un souvenir. Entre los años ‘60 y ‘70, se posicionaban tres productos barilochenses: el chocolate, la artesanía en matera y los pulóveres, pero sólo el chocolate sobrevivió. Hoy la industria del chocolate artesanal se expandió y se pueden encontrar pequeñas fábricas, de origen familiar, en barrios alejados del centro. La mayoría de los que se inician han sido maestros chocolateros o aprendices.
Según los datos oficiales, en la ciudad se producen anualmente más de 1000 toneladas de chocolate y el sector ocupa en promedio 1500 puestos de trabajo, número que incluye los locales de las chocolaterías fuera de la ciudad. Desde 2012, y con el objetivo de visibilizar la recuperación de la ciudad luego de las cenizas del volcán Puyehue, la Cámara de Chocolateros, junto al Ente Mixto de Promoción Turística (Emprotur), diseñaron la Fiesta Nacional del Chocolate, que no tardó mucho tiempo en convertirse en uno de los eventos más esperados por residentes y turistas. Liviano, fácil de transportar e irresistible, el chocolate es un regalo ineludible para los visitantes que regresan a sus lugares de origen.