Tan sólo un tiempo tardó Inglaterra en liquidar la historia frente a Panamá, conseguir el pase a octavos de final y dejar bien enterrada en el olvido la eliminación en primera fase sufrida en Brasil 2014. Con un triplete de su capitán Harry Kane, dos del defensor John Stones y uno del mediapunta Jesse Lingard, 6-1 fue el resultado final que decretó la temprana despedida de los centroamericanos, que descontaron a través de Felipe Baloy, en su primera participación en una Copa del Mundo.

En Nizhny Novgorod, escenario de la catástrofe argentina frente a Croacia, los dirigidos por Gareth Southgate dejaron en claro que es posible jugar con línea de tres en el fondo y salir victoriosos del campo de juego. Aunque, claro, el rival tuvo mucho que ver. La novata Panamá se mostró muy débil, principalmente en la marca de las pelotas paradas. Ahí fue donde Inglaterra sacó la ventaja inicial y liquidó rápidamente la historia.

Fue evidente que las jugadas preparadas son la especialidad de los británicos, que pudieron aumentar aún más la diferencia a través de esa vía. Máximo beneficiario de ella fue Stones, quien ganó una y otra vez de cabeza y marcó dos goles, ante la inocente marca del rubio lateral panameño Murillo.

A pesar de lo que pueda decir el resultado final, Panamá tuvo a maltraer a los ingleses en los minutos iniciales. Con una ordenada distribución del balón en el mediocampo —donde se destacaron por momentos el ex Godoy Cruz Armando Cooper y Edgar Bárcenas—, los dirigidos por Bolillo Gómez se acercaron al arco de Pickford, pero no lograron acertar a los tres palos. Inglaterra no perdonó y, con dos goles de penal, dos de pelota parada y uno de contra, se fue al entretiempo cinco tantos arriba.

La principal virtud de los ingleses fue lo directo de su juego. Sin demasiado traslado de la pelota y sustentados en la velocidad de sus jóvenes futbolistas, cada vez que pisaban el acelerador llegaban al campo panameño. Incontrolable fue en ese aspecto Lingard, mediocampista del Manchester United. El número 7 volvió locos a los panameños que le dejaron más de un recuerdo en el cuerpo. Irónicamente, la menor de las infracciones que recibió, terminó en el primer penal para los ingleses. El mismo fue ejecutado por Kane, quien minutos más tarde tuvo otro y lo convirtió de idéntica manera. En el complemento, el del Tottenham llegó al triplete cuando un remate de Loftus-Cheek se desvió en su taco y descolocó al bueno de Jaime Penedo. Casi sin esfuerzo, el capitán Kane llegaba a los cinco goles en el Mundial y superaba a Cristiano Ronaldo en la tabla de artilleros. Cerca del final, Panamá pudo mojar a través de Baloy. Anecdótico en apariencia y, sin embargo, histórico: el gol del delantero de 37 años fue el primero de Panamá en una Copa del Mundo.