PáginaI12 En rusia

Desde Moscú

El seleccionado de Rusia inauguró el Mundial con una victoria resonante ante Arabia Saudita, el equipo que conduce el santafesino Juan Antonio Pizzi, y selló su clasificación a los octavos de final con otro triunfo 3-1 ante Egipto. El presente del equipo local aumentó considerablemente sus acciones, y hay quienes lo imaginan instalado entre los primeros ocho del campeonato. Al mismo tiempo, el que cobró notoriedad también fue su director técnico, Stanislav Cherchésov. El hombre está catalogado por aquí como el “Capello desconocido”, por el entrenador italiano Fabio Capello, que dirigió al equipo hasta mediados de 2016 pero la Federación Rusa decidió despedirlo. Cherchésov asumió su cargo luego de conseguir dos títulos con el humilde Legia Varsovia de Polonia.

Los goles de Rusia fueron festejados con mucha euforia por el público, pero llamó la atención el modo de celebrar de Cherchésov. Cuando el volante Cheryshev convirtió el cuarto gol, el segundo de su cuenta personal, en el debut frente a Arabia, Cherchésov miró al jugador y se llevó la mano derecha al costado de la frente, en el clásico saludo de “venia”, con el que suelen comunicarse los cuerpos militares. Los rusos cuentan por aquí que la principal virtud del entrenador es la disciplina para con sus jugadores. Inclusive, cuando llegó al cargo dejó afuera durante un año al mejor delantero, Alexander Kokorin, por problemas extrafutbolísticos.

Los rusos a los que pudo consultar PáginaI12 sostienen que Cherchésov, que vistió la camiseta de la Unión Soviética en la Eurocopa de 1992, y luego la de Rusia en el Mundial de 1994 y la Eurocopa de 1996, tendría una relación cercana con el Kremlin, lo que le permitió estar al frente del equipo en esta Copa del Mundo.

La historia deportiva de Rusia está directamente relacionada con vínculos entre técnicos y dirigentes políticos. Más allá de Cherchésov, el que tuvo un acercamiento profundo con los servicios rusos fue Shamil Anviarovich Tarpischev, quien fue el capitán del equipo de Copa Davis de este país que se consagró campeón en 2002. En ese caso, quedó demostrado que el éxito deportivo le sirvió para limpiar cualquier vestigio de corrupción. Tarpischev recibió denuncias que le hicieron perder, en 1996, el cargo de Ministro de Deporte de su país, para el cual había sido nombrado por el presidente en ese momento, Boris Yeltsin. Cuando el escándalo no pudo ocultarse más, en octubre de aquel año, Yeltsin destituyó a Tarpischev, quien era su antiguo profesor de tenis.

El ascenso político y social de Tarpischev fue un ejemplo de cómo funcionaron las cosas en Rusia tras la caída de la Unión Soviética. Yeltsin, cuando alcanzó la presidencia, ubicó a su entrenador al frente de la Fundación para el Deporte Nacional (NSF), un grupo de federaciones deportivas que tenía garantizado un derecho excepcional: era una de las dos instituciones en Rusia que podían importar alcohol y tabaco sin pagar impuestos y venderlas para financiarse; la otra era la Iglesia Ortodoxa Rusa. El negocio era brutal: mucho dinero para financiar el deporte, pero una puerta abierta al enriquecimiento ilícito personal.

Tarpischev saltó de la NSF al Ministerio de Deporte. La trampa salió a la luz cuando Boris Fedorov, un antiguo titular de la NSF, le presentó a Yeltsin un informe que vinculaba a Tarpischev con el crimen organizado ruso, y lo acusaba de desfalco. Fedorov denunció, además, que el coronel Aleksandr Korzhakov, el jefe de guardaespaldas de Yeltsin, se había quedado con 300 millones de dólares de la NSF. Korzhakov era amigo personal de Tarpischev. El 5 de octubre de 1996, Yeltsin destituyó a su antiguo entrenador, y pocos días después, Fedorov sufrió un atentado en Moscú que casi le cuesta la vida. 

Tarpischev es actualmente miembro del Cuerpo Ejecutivo del Comité Olímpico Ruso, desde 1994, y del Comité Olímpico Internacional, desde 1996. Además, desde 2004 la Academia de Tenis de Kazan tiene el nombre de Tarpischev. En 2014, Tarpischev dejó el puesto de capitán del equipo ruso de la Copa Federación, siendo reemplazado por Anastasia Myskina. Más adelante, el hombre fue multado con 25 mil dólares y obligado a pedir disculpas, por hacer comentarios racistas y sexistas sobre las estrellas del tenis estadounidense Venus y Serena Williams. 

Cherchésov no tiene ninguna denuncia en su contra, y el seleccionado local fue el primer clasificado a la siguiente instancia de la Copa del Mundo. El público lo idolatra por su manera de trabajar, mientras al mismo tiempo algunas amistades lo envuelven con un manto de sospechas.