Hoy será el tercer paro general de la CGT durante el gobierno de Mauricio Macri. Las distintas y heterogéneas organizaciones sindicales, políticas y sociales que adhieren a la medida de fuerza plantearon que será el más contundente de estos tres años: no habrá transporte (ni trenes, ni colectivos, ni subte, ni aviones) y las principales ramas del trabajo se sumarán. Si bien la CGT llamó a un paro sin movilización, diversas agrupaciones de izquierda harán cortes de ruta, de calles y actos en distintos puntos del país para manifestarse contra el acuerdo con el FMI, el atraso salarial, el ajuste y el aumento de tarifas. Diversos dirigentes de primera línea del Gobierno cuestionaron la medida y hasta llamaron a ir a trabajar. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, sostuvo que “la gente no sabe por qué paran”. “Vive en otra realidad”, le respondió el triunviro de la CGT Carlos Acuña.
Así como en su momento el Gobierno llegó demasiado tarde con una negociación con el peronismo para evitar que Macri tuviera que vetar la ley que morigeraba los aumentos a las tarifas de servicios públicos, el paro de hoy indica que llegó tarde a intentar una negociación con la CGT. Esta central anunció que, si el Presidente vetaba esa norma, iba a ir a un paro general. Macri la vetó e intentó tardíamente negociar con los sindicalistas, con ofertas de destrabar fondos de las obras sociales sindicales y de otorgar un 5 por ciento más de aumento al techo del 15 por ciento de las paritarias (para aquellas empresas que optaran hacerlo).
Pero, más allá del timing, lo que terminó de reunir en una misma huelga a los sectores sindicales más propensos a negociar y a los más combativos fue el acuerdo con el FMI. El presidente Macri dejó claro a sus ministros que el margen de negociación era escaso: el ajuste no era negociable. Por lo tanto, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se retiró de la mesa de negociación, en la que quedó únicamente el de Trabajo, Jorge Triaca, quien suele ser el encargado de decir que no a todos los planteos de los sindicalistas: desde el compromiso antidespidos que pedían hasta la posibilidad de eximir al medio aguinaldo de pagar el Impuesto a las Ganancias.
Ante este escenario, y luego de muchas discusiones internas, la CGT levantó la última reunión llamada por el Gobierno y lanzó el paro general hace doce días. Muchos especulaban con el largo plazo de la convocatoria podía permitirle al oficialismo debilitar el paro, logrando que varios gremios se bajaran, como ocurrió en diciembre pasado. O bien llegar a algún tipo de acuerdo con la CGT que los llevara a levantar la medida. Nada de esto, finalmente, sucedió.
Unidad
A la huelga general de hoy, además de la CGT, adherirán las dos CTA, la Corriente Federal, el MASA y los movimientos sociales. A esto se sumará un “persianazo” por parte de la Asamblea de Pequeña y Mediana Empresa, la Asociación Pyme, Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino y el Frente Productivo. De la huelga participarán la UTA y los metrodelegados, UPCN y ATE, esto es, una unidad de diversos sectores a los que, en otras oportunidades, el macrismo había conseguido dividir. Estarán también los distintos sectores que confluyeron en las últimas manifestaciones y protestas: los bancarios, los camioneros, los docentes.
Dado que la CGT no convocó a una manifestación, habrá una importante cantidad de cortes y actos motorizados por diversas agrupaciones de izquierda, desde el Partido Obrero, el Nuevo MAS, pasado por el MST o izquierda socialista.
Entre las consignas del paro que mencionó la CGT están “la necesidad de expresarle al gobierno nacional su más enérgico repudio al ajuste salvaje al que somete a los trabajadores”. “El veto a la rebaja de tarifas aprobado por el Congreso y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus consecuencias sobre el empleo, la obra pública, la seguridad social y las economías regionales, que no hacen más que agravar dramáticamente la ya insoportable situación social”, remarcaron. Estos serán los motivos el tercer paro general, después de los realizados el 6 de abril de 2017 y el 18 de diciembre del año pasado.
Vayan a laburar
Desde el oficialismo ayer salieron a manifestarse en masa contra el derecho de los trabajadores a parar. A la cabeza estuvo Triaca, quien acusó a “sectores del sindicalismo” de pretender generar “tensión social y la inestabilidad del Gobierno”. “Buscan el conflicto por el conflicto mismo y no resuelven los problemas de la Argentina con un paro”, afirmó el ministro de Trabajo.
Desde el Gobierno hicieron hincapié en el supuesto costo que tendrá la medida. El diputado PRO Pablo Torello sostuvo que son 28.824 millones de pesos y citó como fuente un comunicado que difundió ayer el Ministerio de Hacienda. “Esto nos cuesta mañana ‘la defensa de los trabajadores’ organizado por los que no trabajan”, sostuvo el diputado y hermano del jefe de asesores del Presidente, el influyente José Torello. Este último también tuvo algo para decir: “Mañana todos los que podamos vayamos a trabajar así sacamos al país adelante. Hay muchos motivos para ir a trabajar”.
La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, sostuvo que “un paro no cambia, no transforma la realidad”. “Entendemos que es un momento difícil en un camino que sigue siendo el mejor posible para los argentinos”, sostuvo Vidal. Sobre el ajuste que se viene, aseguró que “más allá de que hemos tenido años de esfuerzo y de dificultad, y seguramente tenemos un camino todavía difícil por recorrer, lo que estamos haciendo es profundo y es de verdad”.
Por su parte, la vicepresidenta Gabriela Michetti les reprochó a los que paran hoy que “lo único que ponen en la mesa es el monto del salario, y no la productividad, competitividad y la asistencia”. “La conversación se hace imposible porque si vos solo vas a pelear una parte, que es la que te conviene a vos, no se puede, es imposible”, se quejó sobre los planteos ante la caída de la capacidad adquisitiva de los salarios.
En tanto, la diputada Elisa Carrió les habló a los sindicalistas con una fábula, del “águila y la gallina”. “Los corruptos son gallinas, toda su vida tendrán que tragar lombrices, seguirán picoteando en el piso”, sostuvo un conferencista en un video que compartió Carrió. “Lo peor que hacemos los padres es convertir águilas en gallinas, listos para corromper, listos para robar, para ser oportunistas”, dice el video con el que Carrió les transmitió su desprecio a los trabajadores que paran.
El consultor oficialista Jaime Durán Barba estimó, en tanto, que “las huelgas generales eran más importantes en la antigua sociedad, en la que la gente se conformaba con ser atropellada por patotas”. Sostuvo que la imagen de Hugo Moyano –al que le atribuyó la protesta– es “desastrosa” y concluyó con que “la huelga fortalecerá al Gobierno. No hay ninguna razón para que la acción de algunos sindicatos, dirigidos por personas cuestionadas, atacando a la gente que quiere ir a su trabajo, sea popular”. Por último, Frigerio dijo que el paro “no tiene ningún sentido” y que “ni siquiera la gente sabe por qué están parando”.
Triunviros
A Frigerio salió a cruzarlo Acuña. “Él tiene una visión del país en el que viven ellos, que nosotros no vemos, es otra realidad, no conoce lo que está sufriendo la gente”, indicó. “Un paro no soluciona nada, ni va a arreglar el país, es un desahogo de la gente y una expresión para que el Gobierno entienda que las cosas no están bien. A nadie le gusta parar. Esto que sucede es responsabilidad del Gobierno”, aseguró Acuña. “La gente no sale a protestar para perjudicar, sale por el hambre y la falta de trabajo”, remarcó. “Vamos al FMI a pedir plata para la timba financiera”, definió.
En tanto, otro de los triunviros, Juan Carlos Schmid, sostuvo que el paro de hoy será “el más contundente de los últimos años”, y lamentó que “el Gobierno no quiere reconocer que su programa económico ha fracasado en todas las líneas”. Schmid dijo que Camioneros “se quedó corto” con el acuerdo salarial de un 25 por ciento de aumento y que habrá que negociar paritarias por encima del 30 por ciento.