“Tenemos chicos que se nos mueren a la noche, con este frío, y nadie dice nada. Pasar el fin de semana es lo más complicado, porque no hay comedor escolar, y a los merenderos no nos sustentan para abrir los domingos”, denuncia Fabiana Santillán en la vereda de la Escuela Media 3. Vecinos y docentes de la secundaria del Bajo Flores hicieron ayer en las puertas de esa escuela una olla popular para alertar sobre el regreso del problema del hambre. Al encuentro, organizado por la Unión de Trabajadores de la Educación, fueron maestros de otros barrios del sur de la ciudad, que contaron de su preocupación por situaciones similares: falta de comida y abrigo, chicos apáticos y más expuestos a las adicciones y la violencia institucional, en barrios militarizados.
“Nosotros, como escuela, estamos atravesados por todo lo que pasa en el barrio. Por ejemplo, hay ocho familias con alumnos en nuestro secundario que en estos meses quedaron en situación de calle. Los docentes, con una vaquita mensual, les estamos pagando el alquiler mientras tramitan un subsidio habitacional. Los vecinos empezaron a hacer ollas los domingos, porque ven que, si no, hay gente que no come. Somos muchos los que estamos poniendo el cuerpo. Decidimos hacer esta actividad, con una olla y un debate, para hacer visible la situación y discutir estrategias a seguir”, explicó a PáginaI12 Juan Manuel Mauro, secretario de la Emem 3.
En los preparativos para la olla participaron varias organizaciones comunitarias, como los comedores Amor, Fe y Lealtad, Flores Solidario Agustina Cardozo, Nuevo Horizonte y el merendero Unidos por una sonrisa, al que pertenece Fabiana Santillán, la del testimonio que abre la nota. La vecina contó que la situación “se agravó en los últimos meses”, por lo que no dudaron en sumarse al encuentro.
Unas banderas sobre las rejas del colegio, dos tablones para apoyar la comida y un micrófono sirvieron de punto de encuentro. Hubo docentes de Barracas, Constitución y de Villa 31 –Retiro–, donde la escuela La Banderita fue recientemente mudada a un galpón en el que los alumnos están teniendo clases, contaron sus profesores, “muertos de frío”.
También hubo sensación térmica bajo cero en esta protesta de domingo, horas antes del paro. Varios tachos con fuego encendido por los vecinos hicieron de fogones improvisados.
Carlos Castro fue alumno de la Emem 3, escuela creada por pedido del barrio para que los chicos tuvieran dónde estudiar. Se recibió en la primera camada, y hoy trabaja allí como preceptor. Él fue uno de los que arrancó con la idea de que era necesario armar una olla los domingos. “Estamos preparando 250 raciones, y todo se agota. Para hoy triplicamos la cantidad”, contó.
Lucía Silva también trabaja en el colegio, como profesora de historia. Con otros docentes, relató, están viendo que los chicos llegan desabrigados, y que cuando las familias no pueden pagar el alquiler quedan en la calle. “En la escuela estamos abordando muchas más situaciones difíciles que antes”.
“Los chicos están apáticos. Empezamos a abrir la escuela los sábados para hacer actividades donde la pasen bien, para contenerlos”, apuntó su compañero Sergio Díaz. La actividad es abierta y el sábado se encontraron con que tres hermanitos habían ido en ojotas, sin zapatos pese a la temperatura invernal. Ahora sumaron a las actividades de recreación la organización de un ropero.
En la rueda en que vecinos y docentes se pasaron el micrófono se contaron varias situaciones como ésta. Hubo preocupación porque frente al aumento de la pobreza, el gobierno porteño no reforzó los comedores escolares. En cambio implementó un plan de alimentación “saludable” que quitó de los almuerzos el pan.
“Con hambre no se puede estudiar”, advirtió Eduardo López, el titular de UTE, en el cierre del debate. A horas del comienzo del paro convocado por todas las centrales sindicales, el dirigente recordó también que “la gente está en la calle desde noviembre y diciembre”, cuando las masivas manifestaciones frente al Congreso frenaron la reforma laboral. Desde entonces, una serie de protestas multitudinarias, agregó, vienen ratificando el rechazo a las políticas de Cambiemos. “Mañana (por hoy) tenemos un paro sin movilización. Pero el 9 de Julio vamos a volver a llenar la 9 de julio con otra demostración popular para conmemorar la independencia y rechazar el ajuste”.
A principios de mes, en una escuela primaria también de los barrios del Sur, en Nueva Pompeya los docentes denunciaron casos de desnutrición entre sus alumnos. La comunidad educativa advirtió que las situaciones de bajo peso fueron detectadas por médicos del Centro de Salud y Acción local.