Las principales ciudades del país amanecieron paralizadas por la huelga general convocada por la CGT y a la que adhieren las dos CTA, el MASA, la Corriente Federal y movimientos sociales. Al paro total de transporte se suma la decisión de muchas pymes de bajar sus persianas para adherir a la medida de fuerza en contra del acuerdo con el FMI, el atraso salarial, el ajuste y el aumento de tarifas.
Agrupaciones de izquierda y algunos gremios comenzaron a las 7 con los cortes en puntos como el Puente Pueyrredón, Acceso Oeste y la Panamericana, ante una exagerada presencia de gendarmes y prefectos. Desde las 11 realizan un acto en el Obelisco.
El titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, dijo que su sindicato se adhiere a la huelga general de esta jornada porque el Gobierno "no supo interpretar o escuchar" su reclamo. "La economía se dolarizó, pero el salario es en pesos", expresó en declaraciones a la radio Mitre.
Del lado del Gobierno, la postura volvió a ser desestimar los reclamos del paro por considerarlo "político". Así se manifestó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien opinó que la medida no tiene "consignas claras".
Frigerio evaluó que la medida de fuerza gremial "se siente" en las grandes ciudades del país debido a "la falta de transporte", pero en las localidades más pequeñas, la actividad es prácticamente normal, dijo en diálogo con TN. Agregó que el diálogo entre la Casa Rosada y el movimiento obrero "no se cortó nunca, por eso entendemos que este paro no está justificado".
En la misma línea, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, sostuvo que "es un paro más de los dirigentes que de la gente" y consideró que los sindicalistas "miran con una perspectiva política". "Coincido en que el paro no afecta a la democracia, pero hay intereses que lo que buscan es debilitar al gobierno y eso busca inestabilidad", señaló en declaraciones a las radio Mitre y La Red.