Extrañaremos a Marcelo “Nono” Frondizi en las movilizaciones, los conflictos, los actos del movimiento de Derechos Humanos, los reclamos por cualquier causa justa. Militamos juntos en los años más duros, cuando perdió a su hermano Diego en la dictadura anterior al 73.
Se vienen en bandada –como dice el tango- todos los recuerdos: la Plaza del 25 de Mayo, la liberación de los presos políticos en la noche de Devoto, y otros momentos más complicados como la marcha a Ezeiza o el enfrentamiento del 1 de mayo de 1974. No era un duro, porque su sensibilidad, su afición por los amigos, su tono campechano, su manía de hacerse el abuelo desde joven se lo impedían. Pero fue un militante consecuente y solidario toda su vida y en estos últimos años era venerado por sus compañeros de ATE y por muchísimos pibes.
Es difícil conocer tanto a alguien, en los momentos difíciles de la lucha política, y tener sólo buenos recuerdos. Es el caso de mi querido Marcelo, cuya alegría nos seguirá acompañando hasta la victoria.