El merecido pase a octavos de final llegó de forma angustiosa para México, que ayer cayó por 3-0 ante Suecia y se clasificó gracias al impensado triunfo de Corea del Sur ante Alemania (ver aparte). Ahora, el Tri tendrá un duro compromiso, ya que el lunes a las 11 definirá en Samara ante Brasil qué equipo avanza a los cuartos de final, mientras que los suecos enfrentarán a Suiza.

Criticado antes del Mundial por sus numerosas rotaciones de jugadores, ayer el técnico mexicano repitió los mismos once por primera vez en sus cincuenta partidos como seleccionador. Y por el resultado, seguramente no habrá quedado satisfecho. En el primer tiempo, el Tri hizo un trabajo muy pobre, creando apenas una situación de peligro: un zurdazo de Vela que rozó el poste de Olsen. Sin ser mucho más, Suecia acumuló situaciones, casi siempre en los pies de Forsberg y Berg. 

Pero los suecos salieron a jugar el complemento decididos a buscar la victoria, el único camino que los llevaba a octavos. Y esa actitud tuvo rápido premio. Iban cinco minutos cuando Augustinsson corrigió un mal remate de Claersson y puso el 1-0. Siete minutos después, el capitán Granqvist elevó la diferencia al convertir el penal que Pitana sancionó por una falta de Moreno sobre Berg. Intentó con variantes Osorio, pero antes que pudieran darle frutos, México quedó 3-0 abajo, por un gol en contra de Alvarez. 

Desdibujado, el Tri ya no estaba en Ekaterimburgo. Jugaba en Kazán, de donde llegó la inesperada noticia de la caída de Alemania ante Corea del Sur. Entonces hubo tiempo para el festejo, sobre todo en las tribunas, colmadas de hinchas mexicanos que no pararon de alentar, y a los que poco les importó el sabor agridulce con que se fueron del campo los futbolistas aztecas.