Desde San Petersburgo
El Mundial de Rusia ingresa en su segunda etapa, y muchos de los equipos tratan de reinventarse si no pudieron cumplir una primera ronda convincente. Lo que le sucedió al seleccionado argentino se ubica en este último orden, y por ese motivo buscará reacomodarse internamente para afrontar las series eliminatorias. El rival será uno de los que llegó a este torneo como candidato a quedarse con el título: Francia. La Selección tendrá enfrente a un equipo que apuesta todo al plano ofensivo, con nombres que se desempeñan en los mejores equipos de Europa. De todas maneras, Argentina cuenta con varios argumentos como para poder situarse en los cuartos de final:
- La historia de los enfrentamientos entre ambos en las Copas del Mundo favorece al conjunto nacional. El primer duelo se produjo el 15 de julio de 1930, en Uruguay, y Argentina venció 1-0 con un gol de Luis Monti. La segunda vez que jugaron fue en 1978, en el Mundial realizado en el país, y el local superó 2-1 a los europeos. La noche del 6 de junio de aquel año, los goles del equipo conducido por César Luis Menotti los convirtieron Daniel Passarella, de penal, y Leopoldo Jacinto Luque. El empate de los franceses lo había marcado Michel Platini.
- El factor anímico es un aspecto que cambió para el seleccionado. Los días agitados que transitaron luego de la derrota ante Croacia, empezaron a quedar atrás después del triunfo ante los nigerianos. A partir de ahora, la Selección cuenta con el impulso que le significó lograr la descarga emocional de la primera victoria. Cuando eso sucede, se han logrado objetivos importantes.
- La presencia de Armani le genera cierta tranquilidad al equipo, que no tuvo cuando Caballero estuvo en el arco. El futbolista de River transmitió seguridad en cada una de sus intervenciones, y Argentina parece tener mejor resguardo en un puesto clave. Armani terminó potenciando el plano defensivo.
- La recuperación futbolística de Banega es muy importante. El jugador del Sevilla empezó a entenderse con Messi, y se puede convertir en el socio que el capitán necesita. Con la actuación ante Nigeria, Banega se ganó un lugar para estar desde el inicio en los octavos de final.
- La defensa de Argentina encontró el orden que necesitaba. A partir del entendimiento entre los marcadores centrales, los laterales ya no quedaron expuestos cuando se desprendieron por sus bandas, y pudieron aportar en el campo rival apareciendo de manera sorpresiva por cada uno de los sectores.
- La figura de Lionel Messi siempre es una carta de valor para lograr las metas. Más allá de las versiones que afirman que se encuentra preocupado por problemas personales, ante los nigerianos se vio a un jugador más comprometido con el equipo, algo que no había ocurrido ante los croatas.
- Gonzalo Higuaín no ha convertido goles en este Mundial, y por ese motivo él busca su grito personal para empezar a festejar con continuidad. La necesidad de revertir su imagen después del torneo de Brasil puede ser un arma de temer.
- El público argentino juega un papel fundamental en cada presentación del equipo. Los estadios donde juega la Selección suelen tener un 75 por ciento de simpatizantes argentinos, y se hacen sentir durante todo el partido. La gente, en la cancha del Zenit, permaneció gritando durante 40 minutos después del partido, y por los altoparlantes tuvieron que insistir varias veces para que se retire.
- Francia cuenta con un agregado que puede costarle caro si no lo sabe controlar: es señalado como posible campeón. El seleccionado de ese país sólo supo soportar esa condición cuando jugó en su país, en 1998, donde se pudo consagrar. Y en el resto de las oportunidades se quedó en el intento.