“Las fuerzas progresistas de nuestros países nos necesitamos”, señaló ayer ante el cambio de signo político de los gobiernos de la región el ex canciller de Luiz Inacio Lula Da Silva, Celso Amorim, al cerrar el acto organizado por el Comité Argentino de Solidaridad Lula Presidente. El ex funcionario de Brasil se encuentra en una gira para promover la solidaridad con el ex presidente brasileño, quien permanece preso bajo cargos de corrupción no probados por la justicia y que busca ser candidato a presidente en las próximas elecciones. “Noso- tros sabemos lo que es tener un candidato del pueblo proscripto”, aseguró el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky.
“Hay un humorista brasileño que dice algo así: el hecho de que yo sea paranoico no quiere decir que yo no sea perseguido”, apuntó Amorim generando las risas de las personas que se acercaron al octavo piso de la Universidad Metropolitana del Empleo y el Trabajo (UMET) y agregó: “no-sotros estamos convencidos de que todo hasta ahora ha sido una conspiración” contra el gobierno popular del Partido de los Trabajadores empezando por la destitución de Dilma Rousseff como presidenta en el 2016, después de cinco años y medio de gobierno y mientras cursaba su segundo mandato. “Lula tiene que ser liberado y tiene que tener derecho a ser candidato. Fundamentalmente porque es un derecho del pueblo brasileño”, afirmó Amorim parado con el micrófono en la mano y entre aplausos.
El Comité Argentino de Solidaridad Lula Presidente se formó en febrero, cuando la Corte Suprema de Brasil dictaminó que debía ir preso a pesar de que los delitos de corrupción de los que se lo acusó no fueron debidamente probados por el juez Sergio Moro, sino que utilizó una figura jurídica que no contempla la presunción de inocencia. “Esta es una cuestión de gran interés en la región. Aquí se ha direccionado todo hacia un mismo juez a pesar de ser distintos distritos”, destacó Amorim apuntalando la teoría de la conspiración contra el gobierno popular y sus principales dirigentes.
La mesa integrada por la ex embajadora en Cuba, Juliana Marino, el ex canciller y diputado del Parlasur, Jorge Taiana, el titular del partido Justicialista Porteño, Victor Santa María, Yasky y el también miembro del Parlasur Oscar Laborde. Entre el público se anotaron además el titular del Suteba, Roberto Baradel, el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada, aunque en realidad tenía lugar asignado en la mesa pero llegó unos minutos más tarde, y el ex legislador Aníbal Ibarra, entre muchos otros.
“La razón de ser del Comité es defender aquí en América Latina a quien en definitiva hoy es cautivo de una clase dominante que no admite en el marco de la democracia las reformas que un sector de izquierda moderado como el PT impulsó en Brasil”, señaló Yasky, el único orador de la mesa además de Amorim. “No es casual que todas las centrales sindicales coincidamos en este comité porque del mismo modo en el que estuvimos parando juntos el lunes pasado consideramos que Lula como el primer presidente obrero de América latina tiene que terminar con ese estigma de las proscripciones que en este continente las oligarquías siempre han impuesto a los líderes populares”, afirmó el diputado de Unidad Ciudadana y recordó que “nosotros que conocemos la proscripción de Perón en la argentina tenemos muy claro qué significa que hoy pretendan impedir que Lula pueda ser candidato de las mayorías populares de Brasil”, evocando los 18 años en los que la derecha política y conservadora intentó borrar de la historia a Juan Domingo Perón y sus primeros gobiernos.
“Estamos frente a un golpe de Estado atípico. Porque no ha sido con la fuerza militar. Pero también es atípico porque luego continuó”, había señalado Amorim al analizar la situación por la que pasa la sociedad brasileña a partir de la destitución de Rousseff y la designación de Michel Temer en la presidencia. “Tenemos que tener en cuenta a nivel geopolítico que también está la potencialidad de la región. Tenemos la mayor reserva de agua dulce del mundo”, indicó el ex canciller de Brasil poniendo el ojo en algunos de los puntos que pueden estar en juego en el futuro.
Para el final se abrió el micrófono y los panelistas que se encontraban compartiendo con Amorim pudieron poner su voz. “Los cambios en la región como un obrero presidente, una mujer presidente nos hicieron creer que era difícil volver para atrás, pero nos han demostrado que pueden. Lula es un líder indispensable para las políticas que queremos llevar adelante en América Latina”, apuntó la ex legisladora Marino, y poco después todo el salón terminó con el puño en alto gritando en coro “Lula Libre”.