El día después del paro nacional en la CGT es tan complejo como fueron las jornadas anteriores. El éxito y contundencia de la medida lejos de descomprimir la situación interna la incrementó porque no sólo debe resolverse la renovación de la conducción sino el rol que jugará la central obrera luego del paro general ante el Gobierno. En ese contexto ayer se produjeron dos reuniones por separado. En una de ellas gordos, independientes y gremios de la energía analizaron la coyuntura y vieron un proceso de agudización de la conflictividad social que se incrementará hacia fin de año y, por lo tanto, pretenden ofrecerle a la Casa Rosada ser los que le pongan una contención a ese escenario o tendrán que enfrentar nuevos paros generales. Por otra parte, se realizó el segundo encuentro de los sindicatos que la semana pasada se juntaron en Smata y que tienen por objetivo delinear un plan programático que le otorgue a la CGT un perfil más combativo para confrontar el modelo económico desde una posición de mayor fortaleza. Dos grupos que, junto al que lidera el camionero Hugo Moyano, definirán si en el futuro hay una o más de una CGT.
A la Federación del Gas llegaron Héctor Daer (sanidad), Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez de UPCN, Ramón Ayala del Uatre, Julio Estevez (jerárquicos AFIP) y el dueño de casa, Oscar Mangone. Entre estos dirigentes existe la esperanza de poder convencer al gobierno para que los cuente como el sector que les pueda garantizar una paz social a cambio de algunas modificaciones en el programa económico de la Casa de Gobierno. Están convencidos que la crisis económica irá creciendo y ven a diciembre como el mes más peligroso. Por ahora el Gobierno decidió trabajar sector por sector y no tiene previsto mantener reuniones con el triunvirato. Justamente este es otro tema que este sector debe definir. Por un lado existe la idea de darle continuidad al actual trío conductor de la CGT por aquello de no cambiar de montura a mitad del río. Enarbolarán como argumento que los plazos para realizar un congreso el 22 de agosto están vencidos. Otros, en cambio, se inclinan más por cambiar los nombres de la conducción, tal vez agregar un cuarto integrante pero hacerlo ese día de agosto.
Poco antes del mediodía se produjo el otro encuentro. Esta vez en la sede de la Unión Ferroviaria que conduce Sergio Sasia. Hasta allí llegaron Ricardo Pignanelli, Antonio Caló (UOM) junto a los referentes de la Corriente Federal de los Trabajadores como Pablo Biró (pilotos), Fabián Felman de Confederación de Educadores Argentinos, Horacio Ghilini de Sadop, Héctor Amichetti (gráficos), Víctor Carricarte (farmacia), Rubén Lafuente (molineros), Horacio Arreceygor (Satsaid). También estuvo el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) con Sasia, Marcos Castro de Capitanes de Ultramar, Juan Palacios (correo), Raúl Quiñones de tabaco y, para sorpresa de algunos, Omar Plaini de canillitas, entre otros.
Esta fue la segunda reunión, la primera fue en Smata, y lograron sumar más participantes. La presencia de Plaini no implica la unión con el sector de Moyano pero abre una puerta, sobre todo porque por junto al camionero está el bancario Sergio Palazzo, miembro de la Corriente. Si se quiere, ambos sectores comparten la idea de construir una CGT que confronte pero que también negocie desde una posición de fortaleza, tal como lo repite a diario Biró, el titular de los pilotos de aviones. Durante el largo encuentro que mantuvieron ayer todos los presentes coincidieron en buscar la unidad porque es una cualidad que potencia y para eso sostienen que es preciso que estén la mayoría de los gremios. Incluso se acordó abrir un canal de negociación con Daer pero, a diferencia de los que piensa el sector donde participa el triunviro, este grupo buscará retorna a la conducción unipersonal. Es más, sostienen que el actual triunvirato está desgastado pero no sólo por sus errores sino también por su aliados que en más de una oportunidad conspiraron con dicha conducción. Este grupo sabe que a partir del golpe de 1955 nunca hubo una sola CGT pero afirman que están frente a una oportunidad histórica y deben intentarlo.