Juega al fútbol, es capitana de su equipo Doble Pluma, le gustan las motos y es fotógrafa de este suplemento. Jose Nicolini puso su lente feminista en el deporte y retrató a un equipo completo: once pibas futboleras que corren, saltan, chocan, cabecean, transpiran, se unen y gozan furiosa y hermosamente. Porque juegan y sus cuerpos se liberan, porque en la cancha siempre es verano y hay calor, risas, entrega y vuelo. Porque hay fuego en sus corazones, y en Nosotrxs jugamos –el nombre de este trabajo– eso se ve. Ellas son Luciana, Luz, Clara, Cecilia, Paula, Rocío, Giselle, Luisa, Tamara, Luz, Jimena y Jaquelín. Son ellas y son sus cuerpos, sus rostros, sus miradas y actitudes lo que las hermana dentro y fuera del campo de juego. Ahí nació el deseo, y ahí estaba Jose, que en la cancha como en la vida, siempre enciende la pasión. “Lo primero que fui a buscar fue los testimonios de todas las pibas que jugamos al fútbol, en cada cancha y en diferentes lugares. Este es un laburo que recién empieza, pero somos un montón y estamos en todos lados”, cuenta. Hubo una primera pregunta que disparó en Jose las ganas de empezar: ¿Qué es el fútbol feminista? “Y qué es para las pibas –suma– porque el fútbol feminista no está sólo en la cancha, la sobrepasa, es una actitud, una forma de ver el deporte, es pensar el fútbol como un momento de integración, compañerismo y libertad”. Por eso, cada foto acompaña ese testimonio que Jose fue a buscar. Y porque eso le importa quiso que el protagonismo de la imagen estuviera junto con lo que el fútbol genera en cada una de las pibas. Con este proyecto Jose visibiliza que las pibas están en la cancha y que juegan a la pelota, y lo hace ahora, en pleno Mundial, cuando el fútbol masculino genera negocios millonarios. “Nosotras generamos otras cosas, y mucho más que eso. Porque jugamos al fútbol y también nos juntamos, hablamos de política y de muchas cosas más que sobrepasan al fútbol”.
Entre los pies la pelota rueda libre y salvaje, nunca serena, y siempre atenta a las amigas. “Yo sé lo que es para mí el fútbol feminista y quiero saber qué es para las pibas de diferentes lugares, qué significa para ellas y qué las mueve a estar en la cancha. Y me encontré con testimonios muy hermosos”. Todas vivas y empoderadas, las mujeres de Jose vienen a la fiesta feminista del fútbol como las figuritas de un álbum, pero en lugar de récords de goles, cada una señala qué representa el fútbol para ellas: aprendizaje y compañerismo, unión y liberación, lucha y resistencia, goce y sororidad. El encuentro entre amigas se da en los barrios y en las plazas, ahí donde el feminismo discurre y penetra. Ahí donde se discute y se crean nuevos espacios a fuerza de lucha, a esos lugares fue Jose a buscar imágenes y testimonios. “Por eso armé las figuritas, para que además de la foto estuviera el nombre de cada piba, de dónde son y qué implica el fútbol en la vida de cada una. Juego a la pelota y me involucro, y esa es otra de las cosas que para mí tiene la fotografía feminista, que tomo posición. Me parece importante crear discurso: yo estoy acá, soy fotógrafa, tengo una posición tomada y la muestro”.
Jugamos todes
“Nosotrxs jugamos nació como un deseo”, comparte Jose. Y agrega: “Siento que el fútbol feminista es un fútbol inclusivo y estamos todes acá. No es elitista y no comprende sólo a un sector de la sociedad, tenemos diversidad de cuerpos, de miradas y de lugares. Siempre me encontraba con muchas pibas mientras jugaba, y la pelota me mueve y nos mueve un montón. Pensaba ‘esto tiene que estar en todos lados’. Ponernos en agenda porque el fútbol también es nuestro y nos lo queremos apropiar”. Iara Kremer diseñó el formato de figuritas y todas son parte de este proyecto. “Quiero que crezca, no le pongo mi nombre, ni firmo las fotos porque siento que implica a todas mis compañeras que siempre están alrededor mío”. A Jose le gusta hacer retratos, dice que significa una conexión fuerte con la persona retratada, por eso siempre pregunta qué es lo que sienten, para que luego eso se traduzca en la imagen y pensar el retrato a partir de esos testimonios. “Para mí está en correlación el testimonio con el tipo de retrato, con cómo se paran frente a la cámara con respecto a lo que sienten y lo que dicen. Y eso me gusta reflejarlo. Que sean ellas quienes armen junto conmigo el retrato. Por eso es un diálogo. Estoy parada frente a una persona, y uso lentes cortos para que me acerquen a la persona retratada. Me gusta el contacto, la cercanía. Y esa herramienta es importante a la hora de llegar a la mirada.” No cabe duda que a Jose la motivan los trabajos que tienen que ver con ella, con su mundo. El fútbol la apasiona y ama la fotografía, entonces poder unir esos dos universos termina siendo lo más satisfactorio. Placer y trabajo, constancia y dedicación, metodología y magia: “Voy a los torneos con la cámara y tengo ganas de hacer fotos, en ese momento no es laburo y tampoco me importa qué voy a hacer con eso sino que quiero solamente hacerlo. Esa motivación es única y ahí está la magia de unir dos cosas que me apasionan”. Jose le pone garra y corazón, se siente interpelada e interpela, busca respuestas y encuentra nuevos caminos que la llevan a más posibilidades para seguir pensando el fútbol feminista. Y enseguida responde: “Es una posición política, es ocupar la cancha, ocupar los espacios. Vamos a enseñarle a las pibas que pueden hacerlo, que si les gusta el fútbol es un deporte hermoso. Y que hay que animarse sin prejuicios. ¿Por qué nadie nos dio la cancha antes para jugarlo?”
¿Cómo es tu barra brava cotidiana?
–Son todas mis amigas con las que juego. Mi equipo de fútbol, Doble Pluma, es mi primera barra con la que agitamos todo el tiempo adentro y afuera de la cancha. Jugamos el torneo Mafalda y somos todas amigas, armamos mucho compañerismo y amistad entre todos los equipos. Eso es lo lindo de los torneos, o de este torneo en particular, que es completamente feminista. Nos conocemos, jugamos, también competimos porque hay posiciones y queremos ganarle a tal equipo o a tal otro, pero afuera de la cancha nos damos un abrazo y nos tomamos la birra todas juntas, siempre. No hay pica ni mala leche. Eso es lo que me gusta y lo que encuentro jugando con mis compañeres. Sean de mi equipo o no, todas las pibas con las que juego son mi barra brava porque me alientan a hacer estos proyectos de foto, a estar ahí, a querer participar. Nos alentamos entre todas en nuestros proyectos, vamos todas juntas a las marchas, nos abrazamos, hay muchas cosas que nos acercan por dentro y por fuera del fútbol y eso nos hermana.
Nosotrxs jugamos es solo un comienzo.
Atrás vienen muchas pibas más.