Antes que el flamante ministro de Energía, Javier Iguacel, retornara al país de su viaje a Washington, el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne, mantuvo un encuentro con el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, para analizar el plan de negocios de la empresa para los próximos años y las perspectivas del desarrollo de la formación Vaca Muerta, según informó oficialmente el último ministerio. Dicha reunión, sin embargo, se realizó en el marco de la incertidumbre sobre las decisiones que deberán tomarse en las próximas horas en referencia al precio de los combustibles. El acuerdo alcanzado por el ex ministro Aranguren con las principales petroleras, incluída YPF, disponía la aplicación de un aumento del 3 por ciento en los surtidores a partir del 1º de julio, pero la evolución del crudo internacional y el tipo de cambio marcaron un fuerte desfasaje de esa pauta. Aunque no se informó, no se descarta que el tema de los precios de las naftas haya ocupado el espacio central del encuentro entre Dujovne y Gutiérrez.
El comunicado del Ministerio de Hacienda informó que Dujovne y Gutiérrez se encontraron “para dialogar sobre el plan de negocios” de la empresa y “sobre el potencial de Vaca Muerta como motor del potencial desarrollo industrial de la Argentina”. En torno a estos temas, el informe oficial señala que conversaron sobre la necesidad de avanzar “hacia la consolidación de un sector energético competitivo, abierto e integrado”. Del encuentro también participó Nicolás Gadano, recientemente incorporado al círculo más cercano de colaboradores de Dujovne en el cargo de Coordinador General de la cartera. Gadano es un especialista en hidrocarburos (autor del libro Historia del petróleo, 2006) que, además, se desempeñó como subsecretario de Presupuesto del gobierno de De la Rúa hasta el recordado año 2001.
El interés de Dujovne en el negocio petrolero está relacionado con la preocupación manifestada por la industria privada, que habría condicionado inversiones ya anunciadas a que se mantenga el sendero de confluencia de los precios locales de las naftas y el gasoil hacia los valores internacionales. Para alcanzar ese resultado, las petroleras integradas (que extraen petróleo y refinan) exigen un aumento del precio final superior al 30 por ciento, que compense los incrementos de la paridad cambiara de los últimos meses más la suba en el precio del barril. Esta demanda supone tomar distancia del aumento pautado entre las tres petroleras que operan integradas en el país (Shell, PAE y la propia YPF) y el ex ministro Juan José Aranguren, desplazado del cargo dos semanas atrás. Por dicho acuerdo, a partir de este domingo se aplicaría un aumento del 3 por ciento como recomposición a cuenta del precio de los combustibles, tras dos meses de congelamiento.
El ministro habría conversado ayer con Gutiérrez sobre la forma de moderar el reclamo de las petroleras y evitar que los combustibles actúen como un nuevo impulsor de la inflación. La preocupación empresaria es que la dilación en los ajustes de precios impacte negativamente sobre la valorización de las empresas del sector, ya que genera dudas sobre la desregulación del mercado de combustibles prometida por Aranguren. Desde la postura empresaria, el retraso en los ajustes daña además sus resultados. Dos temas muy preocupantes en una semana en la que el derrumbe de la bolsa afectó particularmente a las firmas energéticas.