Las 62 familias que vivían en el ex Patronato de la Infancia (Padelai) fueron desalojadas tras un intenso operativo de seguridad que duró más de 22 horas. A medida que cargaban ropa, colchones y otras pertenencias en los camiones dispuestos por el Gobierno de la Ciudad, los residentes aún buscaban un lugar donde pasar la noche. Tito Vargas, vecino del Padelai e integrante de la Cooperativa Vivienda San Telmo Limitada, manifestó su disgusto: “El Gobierno no cumplió con nada de lo que había propuesto en las mesas de diálogo. Prometían créditos de vivienda, ofrecían subsidios de 125.000 pesos a todas las familias y ahora vemos que fue todo mentira. No nos darán ni un cuarto de la oferta inicial”.
Ayer a la mañana, San Telmo amaneció entre rejas. En la noche del martes, más de 150 efectivos de la Policía Metropolitana y de la Federal bloquearon todos los accesos al edificio del ex Padelai. En total, nueve calles cortadas, una decena de patrulleros, personal de tránsito, combis del Ministerio de Desarrollo Social porteño e inclusive la presencia del secretario de Descentralización, Sergio Constantino. Toda esta organización civil y policial estuvo orientada a cumplir con el dictamen de la jueza María Lorena Tula del Moral, del Juzgado N°13 del Fuero Penal, Contravencional y de Faltas, que estableció el desalojo de las 62 familias que vivían en la antigua vivienda de San Juan y Balcarce desde 2012.
Mientras que en los alrededores del edificio las fuerzas policiales hacían un estricto control –los residentes de las casas vecinas debían registrarse con documento de identidad y mostrar las llaves de su hogar– adentro del ex Padelai las familias debían apresurarse para embalar todas sus cosas y fijarse en qué lugar pasar la noche. El límite del desalojo estaba pautado para las 19 horas. “Desde ayer a la noche que no paré de llorar junto con mis hijas. Son años de estar acá y saber que ahora se termina todo...”, expresó Dora, una de las últimas vecinas en abandonar el edificio.
“Es una situación bastante dramática para nosotros. Por suerte no hubo violencia, que era uno de los objetivos, pero el futuro es incierto. Acá hay familias que no recibieron ningún cheque, no las quisieron atender y ahora no saben a dónde ir”, explicó a este diario Manuel Aguilar, residente del ex Padelai y referente de las familias frente a las autoridades porteñas.
Precisamente, la falta de acuerdo con el gobierno porteño representó el punto de mayor tensión durante el desalojo. Según relataron las familias, desde que se dictó la usurpación en 2009, los dirigentes gubernamentales buscaron acordar con ellos con el compromiso de otorgar un subsidio de más de 80 mil pesos y acceso a un crédito hipotecario del Instituto de la Vivienda (IVC). El único requisito que solicitaban los residentes era homologar la oferta y que no fuera sólo un acuerdo de palabra. Las autoridades aceptaron y prometieron que a las diez de la mañana, empleados del IVC se instalarían en el ex Padelai para hacer los trámites con cada familia. Nada de eso sucedió.
“En el diálogo, los representantes del gobierno prometieron cosas que después no cumplieron. El acuerdo nunca se firmó, nunca vino la gente del IVC y del subsidio de 125 mil pesos, terminaron ofertando menos de un cuatro de esa cifra. Además el acuerdo no fue uniforme, pactaron con algunas familias, mientras que otras aún no recibieron ni cheques, ni créditos, ni nada. La verdad, estamos muy defraudados”, explicó el referente de la cooperativa, Tito Vargas.
La historia de la ocupación del edificio viene de larga data. En 1978, el Patronato de la Infancia quedó en desuso y varias familias sin hogar se instalaron allí. Una década más tarde, los propios residentes formaron la Cooperativa de Vivienda San Telmo Limitada y negociaron con la Legislatura porteña la transferencia del 70 por ciento del edificio. Por eso mismo, en el Registro de la Propiedad aparece como dueño del inmueble la Cooperativa de San Telmo. Pese a ello, la Ciudad reclamó continuamente el incumplimiento de pagos que derivó, en 2003, en un fuerte desalojo mediante un operativo policial que dejó un saldo de 50 heridos y 16 detenidos. Con el mandato de Mauricio Macri, en 2009, el predio fue cedido por 30 años a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo para transformarlo en un centro cultural español, inversión que nunca llegó a ejecutarse. Tres años después, el edificio del ex Padelai volvió a ser ocupado por varias familias.
“Nuestra intención siempre fue irnos pacíficamente. No queríamos otro 2003. Pero pese a que ya no vivimos más acá, la lucha judicial no finaliza. La propiedad está a título de la Cooperativa y reclamamos lo que es nuestro”, expresó Vargas a PáginaI12.
Ya pasadas las 19, hora límite para abandonar el edificio, las pocas familias que quedaban en la esquina de San Juan y Balcarce trataban de despedirse de ese edificio que fuera su hogar durante cinco años. “Ya vamos a volver, la tercera es la vencida”, dijo entre lágrimas y con una sonrisa una vecina del Padelai que prefirió no dar su nombre.