Desde Kazán
El seleccionado francés posee la combinación ideal entre versatilidad y juventud, y está disputando su sexto Mundial de manera consecutiva. El equipo tiene como figura principal a Antoine Griezmann, que se desempeña en el Atlético de Madrid español pero podría ser transferido al Barcelona luego del Mundial. Griezmann ocupó el tercer lugar en la elección del Balón de Oro en su edición de 2016. El delantero comparte esa condición con compañeros como Paul Pogba, del Manchester United, que es el encargado de organizar el juego ofensivo en la mitad de la cancha. El equipo es dirigido por Didier Deschamps, que fue el capitán de Francia en el Mundial que se consagró campeón del mundo en 1998, junto a Laurent Blanc y Zinedine Zidane. El conductor pretende ahora repetir ese logro desde el banco de suplentes. La principal virtud de los europeos es la posibilidad de disponer de varios jugadores para un mismo puesto y, por lo tanto, de grandes variantes tácticas. De esta manera, Deschamps puede optar por un 4-4-2 o por un 4-2-3-1, así como una táctica más ofensiva de la talla de un 4-3-3. Deschamps asumió en 2012 y en octubre pasado renovó hasta 2020, pese a que todavía no ha conseguido ningún título de los disputados.