Como sucedió el jueves pasado, en el desplome de las acciones y bonos argentinos nada tuvo que ver el contexto internacional. Mientras los inversores castigaron a los papeles argentinos (ver aparte) y el dólar se disparaba, las principales plazas del mundo transitaron sin sobresaltos, lo que deja en evidencia que la debilidad de la economía argentina no sólo amplifica las bajas externas sino que tiene sus propios fundamentos para motivar una baja. Ayer, Wall Street, principal mercado de referencia para la Bolsa porteña, finalizó con un leve alza de 0,2 por ciento de su índice líder Dow Jones.  

En Nueva York, las acciones argentinas que operan a través de ADRs se desplomaron hasta un 13,2 por ciento, mientras que algunos papeles bancarios, como los del Supervielle, acumulan en junio un retroceso de 38,2 por ciento. Esta vez tampoco se pudo culpar al contexto externo. A partir de datos promisorios en el sector de energía, el índice industrial Nasdaq  y el que nuclea a las principales multinacionales (S&P) avanzaron ambos 0,1 por ciento. Durante la jornada habían operado con diferencias más abultadas, pero sobre el cierre de la jornada las tensiones comerciales volvieron a evidenciarse cuando Canadá anunció que a partir de mañana impondrá aranceles a bienes estadounidenses, lo que se suma a los cruces por barreras arancelarias entre la administración de Trump y China.

En Europa, el promedio accionario de Londres sumó 0,3 por ciento, mientras que Fráncfort subió un 1,1 por ciento. En la Bolsa parisina su índice líder ganó 0,9 por ciento, al igual que en el mercado milanés (0,9), mientras que en Madrid la suba fue de 0,3 por ciento. Más temprano, las bolsas asiáticas también habían iniciado la jornada mundial, por huso horario, en alza. La Bolsa de Tokio cerró con un ligero repunte del 0,15 por ciento, ayudada por el debilitamiento del yen y el buen desempeño de los tecnológicos. 

En la región, Brasil, el mayor mercado sudamericano, finalizó con una suba de 1,1 por ciento en el índice Bovespa. En la semana el panel paulista acumuló una ganancia de 2,7 por ciento. En tanto, el real se retrajo un 0,6  a 3,8773 unidades por dólar la venta, acumulando una caída de 2,5 por ciento en la semana.