En 1967, el periodista Paul Krassner –a menudo referenciado como el padre de la prensa alternativa de Estados Unidos, fundador y editor de la legendaria revista satírica The Realist– llamó al historietista Wallace “Woody” Wood –colaborador de Mad desde sus inicios, maestro de la ciencia ficción, el erotismo y el humor cáustico– con un encargo para su publicación. Habiendo fallecido Walt Disney pocos meses atrás, Krassner quería desplegar en doble página una imagen que mostrase una orgía conmemorativa en Disneylandia. “Con Disney, su creador, fuera de escena, todos los personajes finalmente podían deshacerse de sus inhibiciones, dar rienda suelta a sus instintos básicos, participar juntos en un indecible desenfreno romano para significar el derrumbamiento de un imperio”, contó Krassner cierta vez. Wallace –altamente valorado hoy por sus trabajos para Marvel, Editorial EC y DC Comics– no sólo aceptó la tarea: presentó un montaje magníficamente degenerado, donde Pluto orinaba sobre un retrato de Mickey Mouse, un Mickey evidentemente ido se inyectaba heroína, sus sobrinos se masturbaban viendo a Tribilín y Minnie follando sobre una caja registradora… Tal fue el éxito de la ilustración que Krassner la convirtió en póster y pronto otros piratearon la imagen hasta el infinito, popular y de culto a la vez. Y aunque la compañía Disney amenazó con demandar a The Realist por violación de copyright, sus abogados terminaron haciendo caso omiso, amén de ahorrarse la vergüenza pública. Si la historia sobre The Disneyland Memorial Orgy viene a cuento es porque el icónico dibujo ha sido resucitado por Boom-Art, una compañía francesa de tablas de skate y surf de colección, que ha plantado la ilustración en una colección limitada para amantes del comic. O amantes de la irreverencia al palo, por qué no.
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