El Mundial de fútbol de Rusia vivirá hoy unos octavos de final con aires nostálgicos cuando Croacia se enfrente a Dinamarca, dos selecciones más ilusionadas que nunca con repetir los éxitos históricos que lograron en los años 90. Considerada entre las mejores de la fase de grupos, Croacia sueña con acercarse al tercer puesto logrado hace justo 20 años en Francia 1998. Para Dinamarca, la referencia es la Eurocopa conquistada en Suecia 1992. El camino de ambos comienza mañana en Nizhny Nóvgorod.
“Tenemos una gran posibilidad y queremos conseguir algo grande”, sostuvo el croata Ivan Rakitic ante el duelo. El técnico Zlatko Dalic avisó: “Esta es la hora de la verdad”. Y la verdad se medirá por la capacidad de Croacia para acercarse a la gesta de 1998, cuando alcanzó el tercer puesto dejando en el camino a grandes como Alemania y perdiendo la semifinal ante la anfitriona y luego campeona Francia.
El once legendario de estrellas como Davor Suker, Slaven Bilic o Zvonimir Boban consiguió así un logro más que deportivo para el joven país que se presentaba al mundo pocos años después de nacer del desmembramiento de Yugoslavia. “Los jugadores del 98 son héroes para nosotros”, reconoció Rakitic. “Pero eso ya pasó. Ahora queremos escribir una nueva historia”. Su
compañero Dejan Lovren coincidió: “Llegaron a semifinales. Yo quiero ir más allá. Quiero que la gente recuerde mi nombre, no el suyo”.
Es la ilusión de toda Croacia, y no solo por el aniversario redondo. Apoyado en una generación de talentos como Luka Modric, Mario Mandzukic o el propio Rakitic, el equipo de Dalic fue uno de los más sólidos de la fase de grupos.
Avanzó primera en un grupo complicado con un pleno de victorias sobre la aguerrida Nigeria, la Argentina de Lionel Messi (a la que dejó temblando con una goleada por 3-0) y la novata Islandia, en un partido que Dalic jugó con suplentes.
También Dinamarca tiene que remontarse a un pasado ya mítico para encontrar un equipo tan prometedor como el actual después de perderse los Mundiales de Brasil 2014 y Alemania 2006 y de caer en fase de grupos en Sudáfrica 2010.
La historia se produjo en 1992 y, como la de Croacia, tuvo su origen indirecto en las guerras de los Balcanes. Yugoslavia fue excluida de la Eurocopa de ese año en Suecia debido al conflicto y Dinamarca fue invitada a último momento como reemplazo. El plantel ya estaba de vacaciones, pero se sumó al torneo y sorpresivamente lo ganó, venciendo en la final a Alemania.
El equipo de leyendas como Brian Laudrup (su hermano Michael no jugó esa Eurocopa) o Flemming Poulsen sigue siendo la medida de todas las cosas para todo el plantel. “No quiero decir que sea como una sombra sobre nosotros, pero sigue siento un tema”, admitió el centrocampista Thomas Delaney.
A diferencia de los croatas, los nórdicos no terminaron de convencer en la fase de grupos. Encadenan 18 partidos invictos tras avanzar a octavos ganando a Perú y empatando con Australia y Francia, pero solo marcaron dos goles y su estrella Christian Eriksen aún no explotó. “Tendremos que asumir más riesgos, porque es un partido eliminatorio”, prometió el técnico Age Hareide ante el cruce de mañana.