“Es sistemático que cada vez que hay un año electoral y un hecho como este, con un joven, aparece como hongos bajo la lluvia los proyectos de baja de imputabilidad. Efectivamente la ley es vieja y es mala. Pero el punto es que no es reformando e instaurando un régimen penal juvenil similar al de la provincia de Buenos Aires que se resuelve. Es un debate teñido de una falacia, ya que quieren hacer creer que un menor de 16 que comete cualquier delito tiene impunidad total, lo que no es cierto. Además, plantean que hay una gran participación de menores en los delitos, y tampoco es verdad. No superan el cinco o cinco y medio por ciento, y en delitos graves es menos del uno por ciento. Pero cuando ocurren, como en el caso de Flores,tienen enorme trascendencia y mucha visibilidad. Y lo cierto es que el pibe de menos de 16, que no va a ser juzgado por ser inimputable, no se vuelve a su casa. Por eso los institutos están llenos de menores que los jueces han decido que, como las familias no tienen recursos o no los pueden contener, pasan años y años internados. Y el mayor de 16 años es juzgado y condenado igual que un adulto, pero por un tribunal de menores. Todo el sistema debe ser revisado pero no para endurecerlo, por algo tenemos el doble de preso que hace diez años. Si es claro que la punitividad nunca es una respuesta, todos los experimentos hechos en el mundo demuestran que no tienen ningún efecto en la cantidad de delitos y sí tienen efecto sobre las muertes achacables al aparato estatal.”
* Titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi).