El ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, anunció ayer su intención de dimitir debido al conflicto sobre los migrantes con la canciller Angela Merkel, haciendo planear la duda sobre el futuro del gobierno de coalición.
Seehofer, de 68 años, manifestó su intención de renunciar durante una reunión a puerta cerrada de su formación política, la bávara Unión Socialcristiana (CSU), en Múnich (sur). También prevé dejar la presidencia del partido, miembro de la frágil coalición gubernamental alemana, formada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y los socialdemócratas.
Seehofer “quiere dimitir de su puesto de ministro y de presidente del partido” porque considera que “no tiene el apoyo” necesario, indicó una fuente de su formación. No obstante, algunas figuras cercanas en el seno de la CSU aún intentaban convencerlo de que de marcha atrás en su decisión de renunciar antes de que hablara ante la prensa más tarde. En caso de que la renuncia se haga efectiva, aún es incierto cuáles serán las consecuencias para el futuro del gobierno alemán.
Si el partido del ministro abandonara la coalición de gobierno, eso privaría a la canciller de la mayoría de diputados y hundiría el país en una gran crisis política.
La CSU lleva varias semanas presionando a Merkel para que acepte su plan de rechazar en la frontera a los solicitantes de asilo que ya estén registrados en otros países o para que alcance acuerdos europeos que tengan el mismo efecto. Ayer se cumplía la fecha límite impuesta a la líder conservadora.
Merkel se opone a los rechazos en la frontera, al considerar que se podría crear “un efecto dominó” en Europa. La jefa del gobierno alemán obtuvo anoche en Berlín el apoyo casi unánime de las instancias dirigentes de su partido, la CDU. Estas rechazaron en una moción cualquier decisión “unilateral” nacional para rechazar a los migrantes y apoyaron los esfuerzos de la canciller para negociar soluciones europeas sobre la política de asilo.