Cuando los brigadistas comenzaron a controlar el fuego que desde la semana pasada consumió 1,4 millón de hectáreas en La Pampa, Río Negro y el sur de Buenos Aires, y las autoridades provinciales estimaron que los principales focos ígneos estarían apagados en poco tiempo, apareció el ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman, para esclarecer que el incendio es “una especie de profecía apocalíptica” producto de “lo que le hicimos al planeta”, y anunciar que su administración tomará deuda “en bonos verdes” para obras de infraestructura. A una semana de desatados los incendios, y superada la fase más crítica, anunció que "ya llegó el primer contingente de brigadistas y el equipamiento" para hacer frente a la emergencia.
En su regreso del descanso estival, el funcionario recorrió esta mañana parte de las zonas afectadas en Buenos Aires y La Pampa, donde cientos de familias perdieron sus hogares, producción agrícola y parte del ganado a causa del fuego intensificado desde fines de diciembre, producto de tormentas eléctricas.
El ministro dijo haber ido allí para “monitorear con intendentes y autoridades locales” bonaerenses las tareas para “prevenir daños materiales y de la vida de personas, sobre todo de bomberos y rescatistas”. Ayer, Defensa Civil había anunciado que los focos ígneos más grandes habían sido controlados y que se trabaja en la extinción total.
“Los argentinos y el mundo empezamos a ver que acá tenemos incendios y en Santa Fe inundaciones”, desentrañó Bergman, para quien esos hechos son como “una especie de profecía apocalíptica” que nos enfrenta a algo “que se llama ‘adaptación’, que es cómo nos vamos a ir organizando para que (con) lo que le hicimos al planeta, que nos devuelve multiplicado en estas catástrofes, estemos en condiciones de minimizar riesgos”.
No obstante, al funcionario prometió una solución: “Un plan de infraestructura muy importante que va a ser inédito en el país”, sobre el cual no dio especificaciones. Lo que sí dijo es que se realizará con “fondos multilaterales o ‘verdes’ para adaptación al cambio climático” –acordados en la última cumbre climática de Marruecos- que, como la Argentina “no tiene (en suficiente) disponibilidad, vamos a tener que aplicar en créditos”.
Luego responsabilizó de la catástrofe de los incendios al “atraso de tantos años de no haber invertido y no haber hecho el trabajo que había que hacer”, y negó que esto tuviera que ver con los recortes de presupuesto 2017 en su cartera anunciados en octubre último y por los cuales él dijo que “lo más útil que podemos hacer es rezar”.
En este sentido, aseguró que su ministerio asistió a quienes combatieron los incendios de la última semana y sostuvo que lo hizo con dinero proveniente de “una ampliación presupuestaria que se resolvió no rezando sino trabajando con los legisladores (nacionales) y las diferentes autoridades”.
Por otra parte, relativizó las críticas que recibió por su ausencia durante los últimos días, aunque las calificó de “atendibles y que no corresponden”. Dijo que su presencia “estaba, está, en tiempo y en forma” pero a través de “los equipos y brigadistas, aviones de observación y reportes” que trabajaron en la zona de la catástrofe.