Luego de un fin de semana de dolor y despedida a Juan Cruz Ibáñez, el chico asesinado el viernes en su departamento de Zeballos al 2100, ayer sus hermanos fueron recibidos por el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, quien se solidarizó con la familia. "No queremos venganza ni pena de muerte, queremos justicia", dijo Ignacio, hermano de la víctima. También se reunieron con la fiscal Georgina Pairola que imputará a dos personas por encubrimiento, luego de haberlas demorado el viernes pasado y darles la libertad. La causa pasó a la Justicia de Menores, ya que se busca a un adolescente de 17 años, que está prófugo como presunto autor del crimen, y quien tiene antecedentes penales. La hipótesis más fuerte que se manejaba en las últimas horas es que el atacante trepó el balcón por una reja lindera y logró ingresar al departamento del chico, en el segundo piso.
El mismo día que el joven de 23 años, estudiante de dos carreras de ingeniería y oriundo de Murphy, fue encontrado por una vecina apuñalado al costado de su cama, la fiscal Pairola tomó testimonio a un taxista que dio pistas sobre el presunto autor, a quien dijo haber trasladado con bolsos la mañana del hecho, hasta Chacabuco al 4200. Cuando obtuvo la dirección, la fiscal solicitó un allanamiento en el que encontró a dos personas, una de ellas hermana del presunto atacante. Ambos ‑‑la mujer de 21 años y un hombre, de 33‑‑ fueron demorados, ya que se les encontraron pertenencias del joven asesinado. Tras ello, fueron acusados de encubrimiento y recuperaron la libertad.
Durante la reunión con los hermanos de la víctima, la fiscal les entregó el celular y una guitarra robada a Juan Cruz. "Nos dieron a entender que está encaminada la investigación y tuvimos la certeza de que se está trabajando y hay buena predisposición", dijo Ignacio a este diario, quien se manifestó tranquilo. "Fue más lo que nos preguntaron que lo que nos informaron", agregó.
Según dijo, de la reunión con Pullaro se llevó su solidaridad y entendió que el caso conmovió. "Nos dijo que tengamos en claro que están con nosotros, que nos van a acompañar; pero no mucho más", dijo.
En tanto, desde el Ministerio Público de la Acusación confirmaron que Pairola trasladó la investigación sobre el menor involucrado al juzgado de Menores 4º, a cargo de la jueza María Dolores Aguirre Guarrochena, desde donde ‑‑durante el fin de semana‑‑ se libraron varias medidas para intentar dar con el adolescente, pero que arrojaron resultado negativo.
Ayer, tras llegar a la ciudad para informarse de la marcha de la causa, Ignacio Ibáñez arriesgó que lo de su hermano fue el desenlace de un "robo al voleo". Agregó que su hermano era "una gran persona y muy querido". "Con mi familia tenemos dos objetivos por lo que estamos haciendo esto público. El primero es que todo el mundo conozca a Juan Cruz: era maravilloso, en todo sentido, no por la carrera o los estudios, si no por el corazón, por la alegría, un ser muy especial", dijo en declaraciones radiales. "Y el otro, para que haya justicia", reclamó.
Antecedentes. La Justicia busca dar con Lucas Ezequiel O., sospechoso del robo y del crimen. A los 17 años tiene causas desde hace cuatro, por robos y hurtos que suman una decena de arrestos. La teoría más fuerte sobre la mecánica del hecho es que mientras el joven dormía fue sorprendido por una persona que se trepó por la reja de una clínica lindera hacia el departamento de la víctima. Una huella en el balcón alimentó esa teoría. Luego, se estima que el agresor ingresó y tomó una cuchilla de la cocina para atacar a la víctima, y luego robar. Además, se analiza si intentó llevarse también el auto de Ibáñez, que estaba en la cochera. Antes de irse, tocó el timbre de una vecina para que le abriera, la mujer se asustó y llamó al 911, pero cuando llegó el personal, el agresor se había ido. Al salir, tomó el taxi mencionado hasta la casa de la hermana, donde dejó parte de lo robado. El mismo taxista se presentó a declarar al enterarse de la noticia del crimen.