Los trabajadores de la línea C suspendieron la medida de fuerza que habían comenzado ayer por la tarde en reclamo de condiciones de seguridad y laborales en la estación San Juan, que la empresa Metrovías quería utilizar como cabecera provisoria mientras Constitución esté cerrada por obras.
A pesar de haber calificado de “incomprensible, injustificada y sorpresiva” la protesta, la concesionaria del subterráneo porteño terminó cediendo y accedió a que se utilice como cabecera del servicio la estación Independencia y que el servicio se preste de manera reducida con la mitad del personal.
El metrodelegado Néstor Segovia había advertido este mediodía que el paro seguiría de manera indeterminada hasta que Metrovías accediera a brindar “todas las condiciones" para los trabajadores. El cierre de Constitución provocó que los empleados se queden sin vestuarios y sin comedor.
“No somos animales. Queremos un baño como la gente, un cuarto como la gente. Ayer no teníamos agua para tomar. De corazón, y me duele decir esto, ahora quiero que la empresa Metrovías nos dé todas las condiciones, si no, el paro no se va a levantar", afirmó Segovia.
El sindicato de trabajadores del subte denunció también que el andén provisorio de madera de la estación San Juan no soporta los 350 mil usuarios que lo transitan a diario, que la catenaria de 1500 voltios está al alcance de los pasajeros y que no hay salidas suficientes.
Finalmente, tras una reunión con los gremialistas Metrovías aceptó los reclamos. "Logramos un acuerdo con la empresa. Se comprometió a hacer un comedor para nuestros compañeros. Mientras se esté construyendo, va a trabajar la mitad de la gente para dar servicio hasta que finalice la obra", anunció Segovia.
El delegado adelantó que "una vez que se terminen las obras por el comedor, se va a estabilizar completamente la línea". Cerca de las 16 el servicio comenzó a regularizarse entre las estaciones Retiro e Independencia, que mientras se hagan las obras será la nueva cabecera provisoria.