Ser dialoguistas o combativos suele ser la forma, un tanto reduccionista, de describir los perfiles que pugnan por hacerse de la futura conducción de la CGT. De alguna manera, la disputa se centra en definir el lugar desde dónde ubicarse frente a un Gobierno que aplica un modelo económico que destroza los avances que tuvo la Argentina en cuanto a protección del trabajo y, sobre todo, de los trabajadores. Hoy, por caso, un grupo de sindicatos que busca darle a la central obrera una posición de mayor fortaleza frente a la Casa Rosada volverá a reunirse. Nuevamente será en la Unión Ferroviaria y participarán los poderosos gremios de la UOM y Smata, más el MASA, la Corriente Federal de los Trabajadores y una representación ampliada del sector que lidera camioneros que, además, puede incluir la presencia de Hugo o Pablo Moyano.
Este será el tercer encuentro del grupo que, al menos por ahora, no tiene nombre que lo identifique. Los organizadores esperan que crezca en número ya que el primero tuvo ocho participantes y el segundo llegó a 18. En esa segunda reunión participó el titular del gremio de Canillitas, Omar Plaini. No fue a título personal sino representando al grupo que lidera Hugo Moyano que marcó el acercamiento entre estos dos grupos que en otros momentos políticos estuvieron en veredas opuestas. Sin embargo lo que los une ahora, tal como confió uno de los dirigentes sindicales, “nos une el rechazo a las políticas de (Mauricio) Macri y el FMI”.
Para la reunión que se realizará poco antes del mediodía en la Unión Ferroviaria que lidera Sergio Sasia la representación de los gremios aliados a Camioneros será mayor pero, además, es muy probable que alguno de los Moyano se acerque a la sede ferroviaria. La intención es demostrar que este espacio crece, que se suman gremios que intentar conducir la CGT para confrontar las políticas del Gobierno nacional. “Nadie negocia con débiles”, repite de manera incansable Pablo Biró (piloto de aviones) cuando justifica el necesario cambio de la conducción cegetista y, sobre todo, del perfil de la central sindical.
Hay un dato más que da cuenta del acercamiento con Camioneros y es que ayer uno de los promotores del grupo que se reúne en UF, el titular de Smata, Ricardo Pignanelli, mantuvo un encuentro con Moyano padre. Si bien entre ambos hay un pasado de distanciamiento y resquemores, la destrucción de la economía que perjudica a sus afiliados los termina por hermanar. A partir de esa conversación es que surgió la posibilidad de que alguno de los que conducen el sindicato de Camioneros participe de la reunión de hoy.
“Nos acerca la lucha contra las políticas neoliberales del Gobierno pero también la conducta de los actuales triunviros”, reconoció a este diario uno de los hombres cercanos al camionero. La referencia a los triunviros es por la teleconferencia que Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña mantuvieron con funcionarios del Fondo Monetario junto a Gerardo Martínez (Uocra) a través de la Central Sindical Internacional (CSI). Supuestamente estos funcionarios le dieron el visto bueno para que los triunviros negocien con el Gobierno “una salvaguarda al empleo”. Para el moyanismo esta actitud fue considera como lo más parecida a la sumisión.
Mientras tanto, entre los sectores conocidos como gordos e independientes crece la idea de suspender el congreso del 22 de agosto próximo. Estiman que el éxito del paro del 25 de junio le dio oxígeno a los triunviros para cumplir con los dos años de mandato que restan. Ahora bien, si esta idea no prospera y el congreso de agosto igual se convoca, impulsarán la nominación de otro triunvirato. “No queremos el retorno del unicato”, aseguró a PáginaI12 uno de los representantes de los independientes.
El formato colegiado fue la opción que hace dos años aceptó para unificar el movimiento obrero que hasta 2016 estaba segmentado en tres sellos que tenían la sigla CGT. Sin embargo, no dio resultado porque a poco de andar se demostró que era una unidad formal y la ausencia de un plan de lucha o programático más las luchas internas impidieron que la CGT pudiese contrarrestar aunque sea solo una de las políticas del Gobierno.