Desde 2009 se ofrece, en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González (ISP JVG), un Postítulo en Educación Sexual Integral (ESI) que tiene como objetivo explícito formar a futuros formadores de docentes en ESI. Tras haber concursado en nueve diferentes institutos públicos de formación docente, a lo largo de los últimos tres años, considero que el título de Especialista Superior en Educación Sexual del ISP JVG, al parecer, no vale nada.
En todos los concursos en los que participé se ha vulnerado el artículo 8 de la Ley 2.270/06 (de la Ciudad de Buenos Aires) de Ingreso a la docencia en el nivel superior que dictamina que sólo pueden inscribirse quienes acrediten poseer título de nivel superior para la especialidad que se concursa (en este caso, en ESI).
En todos los concursos no sólo se permitió la inscripción de docentes y profesionales de otras especialidades con formación en ESI sesgada o de poca relevancia, sino que, además, ocuparon lugares destacados en el orden de mérito y quienes realmente poseían el título específico exigido por ley fueron relegados o excluidos.
Una de las autoridades del postítulo, en función de jurado, llegó a firmar un dictamen en el que descartaron a varios especialistas en ESI, con la excusa de falta de presentación de antecedentes de antigüedad en la docencia, requisito no excluyente según la Ley 2.270.
El rectorado del JVG además de no reconocer mi status de egresada se negó a entregarme información pública necesaria para fundamentar mis reclamos ante el Ministerio de Educación. El silencio administrativo y el maltrato verbal han sido las principales estrategias de maltrato institucional utilizadas para obstaculizar y desalentar los reclamos en todas las instancias. Pasados dos años me encuentro en condiciones de recurrir a la vía legal y así lo haré, pese a los altos costos que esta acción le demanda a una docente.
Si la calidad de la ESI impartida a los futuros docentes es fundamental para la implementación de la educación sexual en todos los niveles de educación cabe indagar:
¿Por qué el Ministerio de Educación, que invirtió recursos durante tantos años para la formación de docentes en ESI, los desperdicia al permitir que no se les de la merecida jerarquía a los poseedores de este título en los concursos de ESI de toda la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?
¿Cómo es posible que los rectorados, la Dirección de Formación Docente, la Dirección de Educación Superior y el Ministerio de Educación avalen dictámenes en los que incluyeron a profesores de geografía o historia para las cátedras de ESI? Los docentes mal formados no serán capaces de prevenir la violencia, las conductas de riesgo, la vulneración de derechos ni de generar los verdaderos cambios sociales que tanto anhelamos.
* Docente y Especialista Superior en Educación Sexual Integral.