AMC estrenó la serie 11.22.63, basada en una novela de Stephen King, protagonizada por James Franco. O, mejor dicho, acaba de arrancar una nueva serie, protagonizada por James Franco, que es lo único que importa. Nuestro querido James dice en broma (en Roast of James Franco, un curioso programa de TV en el que un grupito de comediantes se incineran entre sí mediante chistes de extrema incorrección política, en especial sobre la homosexualidad de James) que se siente encasillado en el rol de chico lindo, porque siempre le toca interpretar, por ejemplo, al lindo novio militante del activista gay Harvey Milk, al lindo fumón en Pineapple Express, al lindo mago chanta en Oz y, hasta cuando se dirige a sí mismo, agrego yo, al lindo curioso director de cine que elige retratar el mundo gay leather en Interior. Leather bar, su película nominada para el Oscar 2013. 

Pero no es sólo por su belleza física que nos enamoramos de James, sino también por una estrategia suya para ganar fans, basada en el deseo que promueve con sus declaraciones ambiguas y su sonrisa pícara, o en su expresión entre intrigada y morbosa cuando, por ejemplo, entrevista en su película a una pareja de hombres vestidos de cuero que entre azote y azote se besan enamorados en un sillón. 

“Seamos sinceros ¿Eres o no eres gay?”, se pregunta James en un reportaje a sí mismo, un tête a tête entre un James heterosexual y un James homosexual. “Bueno -dice el James homosexual-, a mí me gusta pensar que soy gay en mi arte y que soy heterosexual en mi vida diaria. Aunque, también soy gay en mi vida, hasta el límite de la relación sexual, y entonces usted podría decir que soy heterosexual. Así que supongo que depende de cómo se defina gay. Si esto significa que depende de con quien tenga relaciones sexuales, entonces supongo que soy heterosexual. En los años veinte y treinta, se utilizaba para definir la homosexualidad la forma en la que actuaba una persona y no quien fuera su acompañante en la cama. Los marineros tenían sexo con chicos todo el tiempo, pero no eran considerados gays, siempre y cuando se comportaran de manera masculina”.

Volviendo a la serie que nos convoca, en 11.22.63,  nuestro James interpreta a un como siempre lindo, ya madurito, y comprometido profesor de bachillerato para adultos, que se ve de pronto involucrado en la misión de evitar el asesinato del presidente Kennedy para cambiar el curso de la historia. Y a tal fin debe viajar en el tiempo metiéndose en un placard.