Ocho madres rosarinas que cultivan cannabis para uso medicinal realizaron ayer dos presentaciones en los Tribunales Federales para que no las persigan judicialmente. El primero --inédito en el fuero penal‑‑ es un hábeas corpus preventivo para evitar que las fuerzas de seguridad las allanen o persigan. El otro es un recurso de amparo colectivo en el fuero civil, que tiene como antecedente el que se presentó el año pasado en Salta y otro el pasado martes en Río Negro. "No le venimos a decir a los jueces que nos dejen cultivar, si no que estamos cultivando, y que esos domicilios que estamos presentando en los amparos no sean allanados y tampoco que seamos tratadas como narcotraficantes", señaló Carina Prieto, una de las madres cultivadoras, quienes fueron acompañadas por la concejala Caren Tepp, del bloque Ciudad Futura, espacio que les brindó el asesoramiento jurídico. Más tarde, las madres fueron recibidas por un grupo de concejales que firmaron una nota expresándoles su apoyo.
"Si la policía me agarra con 10 gramos para hacerle un aceite a mi niño, termino con una causa".
Juan Cruz, el hijo de Prieto, tiene autismo. Hace ocho meses comenzó a consumir aceite de cannabis. Hoy puede conectarse, ir a la escuela, jugar con los amigos. Hay chicos con otras patologías, epilepsia refractaria, problemas de musculación y respiración. No son enfermedades comunes, cada uno de ellos consume aceites diferentes, la mayoría testeados en la Facultad de Bioquímica de la UNR. En todos los casos, aseguraron las madres, han tenido mejoras en su calidad de vida.
"Hasta ahora no hemos tenido allanamientos, pero la realidad es que cuando no tenemos cultivos salimos a buscar, y en esa salida estamos bordeando la criminalidad. Esto es bastante complejo porque nuestra materia prima es la flor del cannabis, y si la policía me agarra con 10 o 15 gramos que necesito para hacerle un aceite para mi niño, termino con una causa federal", dijo Prieto en la previa de la reunión en el Palacio Vasallo. Allí, las madres fueron recibidas por las concejalas Tepp, Celeste Lepratti y Fernanda Gigliani, y los concejales Juan Monteverde, Pedro Salinas, Eduardo Trasante, Osvaldo Miatello, Lisandro Zeno, Pablo Javkin y Roberto Sukerman. "La idea es brindarles el apoyo institucional a las presentaciones judiciales. Son amparos testigos que le permitirán a las madres poder cultivar y generar los preparados para los tratamientos de sus hijos y que la justicia penal se abstenga de cualquier actitud persecutoria y penalizadora", señaló Salinas.
El edil destacó la experiencia que realizan junto a la Asociación de Usuarios para el Abordaje del Cannabis (Aupac), un grupo de profesionales conformado por médicos, psicólogos y abogados, que hacen el acompañamiento terapéutico del tratamiento, y el de la Facultad de Bioquímica que testean los aceites. "Suscribir este apoyo puede generar un antecedente muy valioso para muchas otras madres que vienen padeciendo la estigmatización o criminalización a partir de las prácticas que realizan, o que nos estaban enteradas de los beneficios del cannabis medicinal", agregó el edil de Ciudad Futura. También suscribieron la nota las concejalas María Eugenia Schmuck, Marina Magnani, Verónica Irízar, y los concejales Andrés Giménez y Horacio Ghirardi.
"No es simplemente que te allanen tu casa, es el riesgo de que se desmorone la salud que uno logró estabilizar después de años de ir progresando muy de a poquito", planteó Natalia Mola, otra de las madres que presentó el recurso en los Tribunales Federales, quien comenzó a tratar a su hijo en setiembre de 2016 con un aceite que trajo de Estados Unidos. "No me resultó, y buscando otras alternativas probé con el casero y fue el que me dio resultado, mi hijo bajó de tres jeringas anticonvulsivas, la totalidad de las dosis, a una gota en el desayuno. De ser un nene con autismo a ser un nene completamente conectado con la realidad, que va a empezar la escuela, juega. Volvimos a ser una familia que puede sociabilizar y llevar una vida normal", contó Mola.
"Estuve diez días sin el aceite, yendo a buscar flores en lugares que no sabés cómo salir".
En ese marco, el grupo de madres cultivadoras pidió en el Concejo que las acompañen. "Hoy (por ayer) está el amparo, pero lo nuestro se tiene que sostener en el tiempo. Yo estuve diez días sin el aceite, al borde de que me metan presa, yendo a buscar flores como una desquiciada en lugares que no sabés cómo salir, queremos estar tranquilas, sin exponernos", dijo Prieto. "Estamos en un lugar que no nos corresponde. Muchas veces me llaman y me piden aceite para pararle las convulsiones a sus hijos. El problema es que puedo darles para una semana, si les va bien se estabilizan, pero después cómo seguimos", consideró Mola.
A pesar de celebrar la sanción de la ley provincial para el uso del cannabis medicinal, las madres plantearon que no estuvo acompañada por la estructura que se necesita. "Si eso hubiera pasado, nosotros no estaríamos acá", plantearon las mujeres.