Elisa Carrió utilizó el momento que se le dio la palabra para hablar sobre una iniciativa del diputado del Frente Renovador, Daniel Arroyo, que propuso un plan de microcréditos, para tratar de explicar qué quiso decir cuando le pidió a la clase media que siguiera dando propinas y pagando changas como forma de superar la crisis económica. “Quiero aclarar cuando dije que era necesario que se mantengan propinas y coimas”, fue su poco afortunada frase, que hizo estallar a las bancadas opositoras. “Lo miré a usted y me vino el lapsus del hermano de Rossi. Fue un lapsus Rossi”, trató de salir del mal paso Lilita, haciendo referencia al empresario transportista Alejandro Rossi, hermano de Agustín, jefe del bloque del FpV-PJ. Pese a la lluvia de críticas, Carrió insistió en su idea como “forma de solidaridad en momento de crisis”. Además, prometió llevarle más dinero al mozo de La Plata que la atendió y se quejó porque sólo le dejó cinco pesos de propina.
El lunes a la noche, en una entrevista, Carrió sorprendió con su propuesta: “La primera recomendación que le hago a la clase media y media alta, es que dé propinas. A veces nosotros, cuando nos ajustamos, lo primero que dejamos de hacer es dar propinas”, opinó. También aconsejó que “aunque le cueste, haga la changa”. Lo precario y limitado de la idea provocó la inmediata reacción opositora. Por eso ayer, cuando pidió la palabra para hablar de otra cosa, quiso explicarse.
“En otras crisis sociales no me llamaban como me están llamando cartoneros. Los cartoneros, las manicuras trabajan. Gente que corta el pasto trabaja. Es necesario que las clases medias no supriman ese tipo de gastos”, sostuvo, con el batifondo de las voces opositoras que hacían comentarios en voz alta a propósito del fallido de las “coimas”. “Es una forma de solidaridad en momentos de crisis. El progresismo estúpido no sabe lo que son los pobres”, replicó.
La jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, salió en su defensa al sostener que le parecía “impropio que cuando una diputada habla” sea “abucheada”. A continuación, volvió a pedir la palabra Carrió para plantear una cuestión de privilegio “en relación a la afectación del principio de la palabra”, algo que, según dijo, no le había sucedido “nunca en 22 años de ejercicio del mandato de diputado nacional” y aprovechó para pedir que se cambie el reglamento de la Cámara para evitar que los debates se extiendan hasta la madrugada. Le salió al cruce el diputado de Unidad Ciudadana, Leopoldo Moreau, que le objetó que ella apareciera en el recinto –como fue el caso de la despenalización del aborto– sólo cuando transmite en directo la televisión.
Por otro lado, Carrió admitió que le había dejado sólo cinco pesos de propina a un mozo que la atendió en La Plata pero aseguró que fue porque no tenía más dinero. “Lo que dijo el mozo que le di los cinco pesos y monedas es cierto, por un café y dos tostados. Era la única plata que tenía, le mostré la billetera y le pedí perdón, cuando vuelva a La Plata (o sea 200 km) le voy a llevar más”, sostuvo Carrió en Twitter. Sin embargo, el mozo platense Franco, de 31 años, sostuvo que la legisladora no le mostró la billetera y tampoco tomó un café, sino un gin tonic.