Estamos viviendo una avanzada en el desguace del sistema público de medios. Allá por diciembre del 2015 cuando asume la gestión de la Alianza Cambiemos, una de sus primeras acciones fue intervenir la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522) mediante el decreto PEN 267/2015 modificando -entre otras cosas-el articulado referido a la cantidad de licencias que se puede tener y el que ponía un mínimo de producción de contenido local.

Según datos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), en estos últimos dos años y medio se han perdido unos 3 mil puestos de trabajo en medios de comunicación, sumado al cierre de numerosas redacciones. Cabe destacar que esta situación afecta principalmente a las trabajadoras de prensa que representan un promedio del 35 por ciento de quienes se quedaron desempleadas. 

En este contexto, el Directorio de la Agencia Nacional de Noticias Télam despidió a 357 trabajadoras y trabajadores de las áreas de Periodismo y Administración, un hecho inédito en la historia de los medios de comunicación en la Argentina.

El ajuste y vaciamiento también puede ser leído como una manera de disciplinar específicamente a las mujeres, que encuentra su primer antecedente en el 8M de este año, cuando el Directorio de la empresa sancionó a ocho compañeras que participaron de las actividades previstas para ese día de protesta. Seis de ellas fuimos despedidas.

De ese total, un centenar somos mujeres, la mayoría de ellas jefas de hogar. Bien sabemos que cuando los ajustes y las crisis se profundizan somos las mujeres, las que entramos en el mercado de la informalidad y sobre todo desaparecemos de las redacciones. 

Cada una de las despedidas, es una historia, Marina Butron, 42 años, periodista deportiva con experiencia previa en Ole, ESPN, transmisiones y coberturas internacionales “yo era la única periodista mujer en la sección deportes, hoy la sección tiene un 50 por ciento menos de periodistas”. 

En la sección Sociedad despidieron a seis periodistas, todas formadas en perspectiva de género y que producían contenidos específicos vinculados a temáticas de derechos de las mujeres, las lesbianas, las travestis, las trans, así lo destaca Natalia Concina, 37 años, que realizó coberturas destacadas como la historia de vida de Higui, las primeras denuncias a Cristian Aldana, notas a madres protectoras, testimonios de denuncias de abuso perpetradas por curas. O María Alicia Alvarado, de 42 años, una de las periodistas comprometidas con toda la agenda de la diversidad y la disidencia.

Las sobrevivientes de violencias de género y familiares de las mujeres asesinadas por femicidas pudieron hacer circular su voz y su dolor a través de nuestras coberturas a lo largo y ancho del territorio, gracias a la estructura federal de la agencia. Aquí destacar a otra despedida, Victoria Ojam, periodista de la sección Policiales –pionera en abandonar el concepto de “crimen pasional” y hablar de femicidios–, que, realizó entre otras miles de coberturas el juicio por el travesticidio de Diana Sacayán, emblemático en la lucha del colectivo trans.

En Internacionales, dos trabajadoras que incluían la perspectiva de género en sus informaciones también fueron despedidas, al igual que en el área de Audiovisuales que fue prácticamente desmantelada y desde dónde generamos la primera cobertura multimedia e integral de un medio público de los Encuentros Nacionales de Mujeres con equipos conformados por mujeres periodistas y que fuimos reconocidas con el premio Lola Mora en 2016. Estos son sólo ejemplos, hay más.

Al ajuste de las cuentas, entonces se le suma el “ajuste” de los contenidos. Volaron de un plumazo 6 corresponsalías de las 27 que cubrían el territorio nacional y que garantizaban el federalismo. El desguace en Télam también puede ser leído como un disciplinamiento al Ni Una Menos. Cubrimos todos los NiUnaMenos, los paros internacionales de mujeres y en medio de la medida de lucha por el despido de dos trabajadorxs de la agencia hace un mes, se cubrió por voto unánime de la asamblea de trabajadorxs la vigilia y la media sanción de la ley de legalización del aborto. 

Denunciamos el vaciamiento del único sistema de medios nacional, el sistema público de medios integrado por Radio Nacional, la TV Pública y la Agencia Nacional de Noticias Télam, del que se nutren todos los medios grandes y pequeños. 

Somos un centenar de historias. Por eso en el país donde se gestó el “Ni una menos”, decimos: “A la lucha, más feminismo”.

* Periodista y docente feminista.