Resueltos a resistir el derribo de un edificio catalogado como patrimonio histórico de la ciudad, un grupo de personas se apostó ayer en la vereda de Corrientes al 700 para hacer visible la situación y generar conciencia contra el negocio inmobiliario que bulle detrás de esta demolición autorizada contrarreloj por el Concejo municipal, con el visto bueno del Ejecutivo.
"No a la demolición y ni descatalogación ni borrado del patrimonio histórico de la ciudad. Permitir la demolición de este petit hotel catalogado, proyectado por un arquitecto que dejó obras importantes en Rosario, de 1910 y en perfecto estado, es abrir la puerta a la destrucción de nuestro patrimonio tangible e intangible. Están arrasando con la ciudad. Basta de demoliciones", fue la síntesis del planteo expuesto ayer por la mañana frente al edificio de tres plantas entre el 728 y el 732 de Corrientes, que construyó el arquitecto inglés Eustace Conder.
El inmueble está desocupado. Su último inquilino fue la tarjeta Naranja. Está catalogado como patrimonio histórico arquitectónico desde 2001, y en 2008 fue ratificado en ese status. La Bolsa de Comercio ‑titular de esa propiedad‑ presentó el año pasado en el Concejo un pedido para que se lo descatalogue de manera que se le permita demolerlo. Es que la entidad que preside el empresario Alberto Padoán (Vicentín) proyecta en ese lugar una torre de oficinas de nueve pisos, lo que supondría un negocio millonario.
El pedido de la Bolsa se destrabó en la última semana de trabajo en el Palacio Vasallo. El secretario de Planeamiento, Pablo Abalos, dio el consentimiento, y en la comisión del Concejo el proyecto tuvo luz verde para ser aprobado en la última sesión de prórroga por los votos del Frente Progresista y del PRO.
"Dicen que demoler es desaparecer también, y acá las inversiones inmobiliarias están acabando con todo. En otras ciudades el casco histórico se protege, las torres se hacen afuera. Aquí no", señaló uno de los convocados, Julián Kuri, de la ONG Basta de demoliciones. Durante la manifestación, los participantes interiorizaron a los transeúntes acerca de la situación y los exhortaron a firmar la petición en el sitio www.change.org.