Desde Kazán
¡Todos al ataque! El Kazán Arena albergará hoy el partido con más cartel de los cuartos de final del Mundial de Rusia: Brasil, la pentacampeona y gran favorita, se enfrenta a la mejor Bélgica en décadas, en un duelo que promete ser un espectáculo ofensivo. Así lo dicen al menos las estadísticas. Brasil y Bélgica son los equipos que más veces han rematado, que más ataques generan y que más oportunidades de gol crean. Será difícil ver un 0-0 en el duelo del que saldrá el rival de Uruguay o Francia en semifinales.
“Somos dos equipos construidos para crear ocasiones, para usar el talento individual y crear oportunidades de gol”, aseguró el seleccionador de Bélgica, el español Roberto Martínez, a la Cadena Cope el miércoles por la noche. Su equipo, con 12 tantos en cuatro partidos, tiene el mejor ataque del torneo.
“Va a ser un gran encuentro, con dos equipos que practican un fútbol muy bonito, aunque con diferentes características”, coincidió el seleccionador brasileño, Tite. Brasil tiene talentos como Willian, Philippe Coutinho, Gabriel Jesus y, sobre todo, un Neymar que ha ido hasta el momento de menos a más. El delantero del Paris Saint-Germain llega a cuartos en el punto de mira por sus exageraciones. Los jugadores mexicanos acabaron hartos de sus llantos en el duelo de octavos. La “canarinha” respondió arropando a su gran estrella y espera que no lo distraiga todo el ruido que hay a su alrededor y que él mismo genera. Si Brasil quiere ganar en Rusia su sexto título mundial dependerá en gran medida de Neymar. “Todos sabemos de la calidad de Neymar y lo importante que es para la selección. Viene jugando cada vez mejor, partido a partido. Y es un jugador que puede decidir el partido en cualquier momento”, comentó el miércoles su compañero Willian.
No obstante, el Brasil de Tite ha trasladado al Mundial la solidez defensiva que lo caracterizó en las Eliminatorias Sudamericanas. De momento sólo ha recibido un gol en el torneo. Y fue en la primera jornada, de pelota parada. Pero hoy no podrá contar por sanción con Casemiro, el ancla del medio del campo, uno de los mejores stoppers que hay. Su baja –será sustituido previsiblemente por Fernandinho– es especialmente sensible para el duelo con Bélgica. Y es que los “diablos rojos” tienen un ataque descomunal. Juegan con un 3-4-3 y llegan al área por todos lados: con sus dos carrileros por las bandas y con los eléctricos Eden Hazard, Kevin de Bruyne y Dries Mertens moviéndose por el centro. En punta, un Romelu Lukaku que lleva ya cuatro goles en Rusia. La “generación de oro” la llaman.
“Nosotros defendemos por sectores, no lo hacemos de forma individual”, señaló Tite sobre el sistema defensivo de su equipo. “Marcamos cada sector del campo de forma agresiva y por eso bloqueamos tantos tiros y centros.”
Además de tener a Neymar y un bloque defensivo sin grietas, Brasil cuenta de su lado la historia. Y es un handicap enorme, según el seleccionador de Bélgica. “Somos dos equipos muy parecidos en términos de calidad y talento.
Pero la diferencia entre nosotros y Brasil es que nosotros no hemos ganado un Mundial”, comentó Roberto Martínez en rueda de prensa. “Brasil merece todos los adjetivos que quieras en el fútbol, en términos de emoción y de mentalidad ganadora. Además de la táctica, la técnica y el talento, tienen esa mentalidad ganadora. Saben lo que es ganar un Mundial y no tienen esa barrera psicológica.”
Brasil ha ganado cinco Mundiales, el último en 2002, y hoy buscará su duodécima semifinal en la Copa del Mundo. Bélgica sólo pisó una vez la instancia de los cuatro mejores, en México 1986. La distancia histórica es sideral entre uno y otro, pero el presente es muy parejo. Incluso podría decirse que en confianza no hay nadie ahora tan robusto como Bélgica. En octavos remontó un 2-0 ante Japón –no se veía algo así en un Mundial desde 1970– y recibió una inyección de moral tremenda antes de desafiar a Brasil.
“El mayor reto de un Mundial, sin duda, es saber manejar la presión”, señaló ayer Tite sobre la clave, a su parecer, de cómo afrontar un duelo de estas características. “La presión es inmensa, es extraordinaria. Yo se lo digo a los chicos: ‘No escuchen, no lean’. Porque hay mucha presión psicológica.”