Desde La Rioja
“Ella no decidió morir. Decidió no ser madre”, dice Melina Villafañe, sobre una de sus mejores amigas, que falleció en el Hospital Vera Barro, de la capital riojana, como consecuencia de complicaciones graves por un aborto clandestino. “Es un tema muy doloroso y desgarrador. Ella era como una hermana para mí. Se había graduado en Ciencia Política en la Universidad Nacional de La Rioja, como yo. Tenía 25 años y había ganado una beca para ir a estudiar a Estados Unidos, cuando supo que estaba embarazada, y tomó la determinación con su pareja, de abortar”, contó Melina a PáginaI12. La muerte de la joven ocurrió el 9 de enero de 2013. “La lloro hasta el día de hoy”, dice, compungida por el recuerdo. Melina decidió contar lo que le pasó a su amiga para desmentir a quienes afirman que el aborto no es un problema en La Rioja.
Melina prefiere no identificar a su amiga, porque su familia vive en un pueblo pequeño de Catamarca y quiere preservar su intimidad. V. es la inicial de su nombre. Su caso muestra la cara más dramática de la criminalización del aborto en el país, en una provincia, La Rioja, cuyo gobernador, Sergio Casas, del Frente para la Victoria, prefiere negar la realidad y mirar para otro lado. El miércoles, Casas se fotografió con el pañuelo celeste, símbolo antiderechos, y se pronunció en contra de la ley de despenalización y legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, en una reunión en su despacho, en la que recibió a representantes de la ONG “Marcha por la Vida” –que esa mañana se movilizaron por el centro riojano– y a diputadas provinciales partidarias del aborto clandestino. Durante el encuentro, Casas anunció que le pidió “expresamente” al senador y ex presidente Carlos Menem “que vote a favor de las dos vidas y me confirmó que lo hará”. Menem fue uno de los firmantes más destacados de “Los peronistas decimos sí a la vida y no al aborto”, un documento con el que dirigentes justicialistas se posicionaron contra la legalización de la interrupción voluntaria de embarazo. Menem encarna la doble moral sobre el tema: hace 19 años, Zulema Yoma, su ex esposa, contó a este diario que se practicó un aborto, con el respaldo de su entonces pareja, y fue él quien le consiguió donde hacerlo (ver aparte).
Otra senadora riojana, la radical Inés Olga Brizuela y Doria, también adelantó su voto en contra del proyecto con media sanción de la Cámara de Diputados. Su hija adolescente está a favor y participó de la vigilia en la previa de la media sanción, que hizo la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, en la plaza principal de la ciudad. En su cuenta de Instagram, se ve a la adolescente, con el pañuelo verde.
El tercer senador de la provincia, de Cambiemos, y ex ministro de Defensa, Julio Martínez, todavía no dio conocer su voto públicamente: en su entorno recuerdan que siempre estuvo a favor de la despenalización y legalización del aborto, pero advierten que podría oponerse porque tiene intenciones de presentarse como candidato a gobernador en las próximas elecciones y no quisiera enemistarse con la Iglesia Católica. También la mayoría de los diputados nacionales de esta provincia –cuatro de los cinco– votó por el aborto clandestino en la mañana del 14 de junio.
“Tenía otros proyectos”
El caso de V. se recuerda en la Universidad Nacional de La Rioja, donde la joven estudió Ciencia Política. A Melina le impactó tanto la muerte de su amiga como consecuencia de un aborto clandestino que a partir de ese momento empezó a participar de cada marcha que se hizo en la capital provincial, donde vive, para defender los derechos de las mujeres y en particular la despenalización y legalización del aborto. “Yo no era muy activista”, dice. Ahora, el pañuelo verde es parte de su atuendo. Su amiga, recuerda, le comentó de su embarazo y la decisión de interrumpirlo, y que ya había hablado con un médico, a fines de diciembre de 2012. Lo habían acordado con su novio. Pero luego de someterse a un aborto, tuvo una infección, y terminó internada en la terapia intensiva del Hospital Regional Enrique Vera Barros, adonde ingresó ya en muy grave estado, y no pudieron salvarle la vida. “Fue el 9 de enero de 2013. No me lo voy a olvidar nunca”, contó Melina, de 28 años, a este diario. Trabaja en la UNLAR. “Su ex pareja y el médico están vivos. Ella no eligió morir. Eligió no ser madre en ese momento, básicamente por las mismas razones que tantas jóvenes. Era una chica muy activa, tenía otros proyectos. Ya se había graduado y había concursado en una fundación universitaria y se había ganado una beca para ir a estudiar a Estados Unidos. Tenía que viajar en los primeros días de febrero”, señaló a este diario Melina. “Era muy sobresaliente. Yo le decía que era sonriente, fuerte y valiente, y ella se reía”, la evoca. “Se conocieron siendo estudiantes en la UNLAR. “Ella me llevaba un par de años y me orientó en mi tesis”, dijo y agregó: “La lloro hasta el día de hoy”.