El ahogo al que el Gobierno está sometiendo a Aerolíneas Argentinas y Austral ya se hace sentir en los números de estas compañías. En junio la aerolínea nacional registró una caída interanual de 17 por ciento en la cantidad de pasajeros con destinos internacionales, un 23 por ciento menos en regionales y 5 por ciento menos en vuelos de cabotaje, según cifras de la Empresa de Navegación Aérea Argentina (EANA) que depende del Ministerio de Transporte. Esta situación se contextualiza en un mercado total estable para la comparación interanual, donde la cantidad de vuelos en junio se ubicó en 1.996.000 de pasajeros, con un alza de 1 por ciento. La desregulación de los cielos argentinos, la apertura del negocio a firmas extranjeras que operan en el segmento low cost y el loteo del espacio que ocupaban Aerolíneas y Austral en los aeropuertos para ser entregado por el Gobierno a la competencia son algunas de las políticas que llevaron a una pérdida en la cuota de mercado al Grupo de Bandera.
Tras la corrida de abril-mayo y con una suba del dólar de 51 por ciento desde enero, el mercado aerocomercial arrojó en junio las peores cifras en lo que va del año. En junio hubo 1.996.000 de pasajeros transportados distribuidos entre 956.000 de cabotaje, con una mejora interanual de 7 por ciento, y 1.040.000 internacionales, con una caída de 7 por ciento. En lo que va del año se registraron 7.882.000 pasajeros transportados a destinos internacionales, con un alza acumulada de 9 por ciento, y 6.555.000 en vuelos de cabotaje, con una suba de 10 por ciento, según el departamento estadístico para el sector de Transporte. Si bien las cifras en un escenario de crisis cambiaria y de pérdida de poder adquisitivo de los salarios no parecen tan desalentadoras para el negocio aerocomercial, la línea de bandera es la que está sufriendo la mayor parte de la flexibilización del mercado.
El reparto de buena parte del negocio aerocomercial a un puñado de firmas que operan en el segmento low cost (bajo costo) fue el puntapié inicial de una política de vaciamiento para la línea de bandera. Nueve de cada diez destinos solicitados por estas compañías eran operados casi exclusivamente por Aerolíneas y Austral. Le siguió luego el traslado al Aeropuerto de Ezeiza de los vuelos regionales que operan actualmente en el Aeroparque Jorge Newbery. El año pasado de los 2,8 millones de pasajeros transportados en las rutas regionales restringidas, el 53 por ciento fue de la línea de bandera. Se suma la quita de subsidios, el reparto de hangares que eran de uso exclusivo y la posibilidad de que las low cost utilicen aeropuertos alternativos. El titular de Aerolíneas, Mario Dell´Acqua, adelantó que para competir convertiría a la empresa en otra low cost, pero esta semana el Gobierno dio el tiro de gracia, al eliminar el piso de precios a ofertas low cost, que se utilizaba para proteger la actividad aerocomercial.
El resultado fue una pérdida constante de participación del Grupo de Bandera en el negocio. El resto de la historia puede anticiparse: cuando la empresa muestre pérdidas en un escenario de recorte del gasto público la privatización será una de las soluciones propuestas.
El inicio de las operaciones de Flybondi, una de las low cost más cuestionadas por la seguidilla de problemas técnicos en sus primeros dos meses de vida, y de Andes le quitaron presencia a Aerolíneas. Según el informe oficial de la cartera que conduce Guillermo Dietrich, en el mercado de cabotaje la cuota de mercado de aerolíneas pasó del 49 por ciento que registraba en junio de 2017 a un 46 por ciento el mes pasado. Bastante lejos de la cuota de 54 por ciento de 2015. La cuota de Austral en este segmento se retrajo dos puntos a 25 por ciento. En contrapartida, Flybondi se quedó con el 4 por ciento del mercado y Andes elevó de 3 a 7 por ciento su participación en la torta medida a junio.
En vuelos internacionales la participación de mercado de Aerolíneas cedió por primera vez desde 2015, cuando tenía el 25 por ciento del mercado, a 23 por ciento en junio último. La chilena Latam mantuvo su share en torno a 27-28 por ciento desde 2015. En este caso los puntos perdidos por Aerolíneas responden a la menor actividad y a la aparición de nuevos jugadores como Amaszonas y Sky Airlines y la ampliación del negocio por parte de Copa Airlines, con todavía bajas cuotas del mercado aerocomercial.