Desde Nizhny Nóvgorod
La escalada uruguaya se detuvo en esta Copa del Mundo. El equipo oriental no pudo ofrecer un nivel similar al de sus anteriores actuaciones en el torneo, y se despidió dejando una imagen deslucida. Sin juego, sin ideas, y principalmente sin identidad futbolística. Con esta eliminación, el ciclo exitoso comandado por Oscar Tabárez pudo haber finalizado en Rusia. El que sigue adelante es uno de los que estaba señalado como aspirante antes de que se inicie el Mundial: Francia.
La particularidad de los franceses es que vienen siendo exitosos ante conjuntos sudamericanos. En la primera ronda del certamen provocaron la eliminación de Perú, dirigida por el argentino Ricardo Gareca, en la segunda continuaron con Argentina, y el turno le tocó ahora a Uruguay, que tuvo la fatalidad del error de un argentino (Muslera) en el segundo gol.
Uruguay analizó muy bien lo que hizo Argentina cuando le tocó enfrentar a los franceses, y a partir de ahí diagramó su sistema para jugar por los cuartos del final. El conjunto de Tabárez entendió que una de las claves era interrumpir el juego de los europeos en la mitad de la cancha, para que los mediocampistas no pudieran controlar la pelota con facilidad. Los encargados de hacer ese trabajo eran Torreira, Vecino y Nández.
Las combinaciones entre los habilidosos Mbappé, Griezmann y Tolisso podían ser temibles para Uruguay, si pretendía no padecer cerca de su área. Los franceses se vieron sorprendidos por el planteo de su adversario, y tuvieron complicaciones para salir jugando desde su campo, por la presión que ejercían los uruguayos.
La paridad se mantenía y ninguno podía tener el dominio del desarrollo. Cuando los uruguayos tuvieron una desatención defensiva, Francia pudo provocar recién ahí una acción para ponerse en ventaja. Sin embargo, el joven Mbappé, sin marca, cabeceó la pelota por arriba del arco. El final del primer tiempo ofreció lo mejor hasta ese momento: Suárez probó al arco con un remate de media vuelta, y cinco minutos más tarde Francia se puso en ventaja. Griezmann ejecutó un tiro libre desde la derecha, y Varane se anticipó en el salto a Stuani para ubicar la pelota al lado del palo más lejano de Muslera.
Francia no había producido más que Uruguay, pero acertó en esa situación. La jugada se repitió rápidamente pero a favor de los uruguayos: Cáceres cabeceó luego de un tiro libre, y Lloris tuvo una gran reacción para evitar el empate. Godín capturó ese rebote le pegó muy alto.
El púbico uruguayo se hizo notar en el segundo tiempo, cuando se dio cuenta que su equipo necesitaba reaccionar si pretendía llegar a la igualdad. De todas maneras, la ausencia de Cavani se hizo más notoria en el ataque, debido a que Stuani no tenía la presencia necesaria y Suárez quedaba demasiado solo.
La intensidad de los uruguayos por llegar al empate, a pesar de su escaso juego colectivo, tuvo un golpe letal cuando Muslera cometió un error que significó el segundo gol de Francia. Griezmann probó al arco de zurda desde afuera del área, y el arquero, mal parado para contener el disparo, ubicó ambas manos ligeramente hacia la derecha por donde venía la pelota con tanta debilidad que ésta lo terminó superando e ingresando lentamente. A partir de ahí, el ánimo de los jugadores uruguayos cambió totalmente, y más allá de su fuerza no tuvo la claridad necesaria para llegar al menos al descuento.
Tabárez hizo ingresar a Maximiliano Gómez y Cristian Rodríguez para contar con más gente cerca de la zona de definición, pero los intentos se desvanecían cuando tenían que ingresar al área de Lloris.
Con la tranquilidad de la ventaja, los franceses se retrasaron y empezaron a utilizar el contrataque como vía de ataque. Inclusive, por ese camino estuvieron cerca de llegar al tercer gol. La pasividad de los uruguayos era tan grande, que muchas veces ni siquiera buscaban recuperar la pelota cuando la tenían los franceses.
La gente reconoció el esfuerzo y la entrega de Uruguay. Del otro lado, Francia está a dos escalones de lograr el segundo título de su historia. Y por su juego, es uno de los mejor posicionados.