Cuatro agentes de inteligencia de la Policía de Investigaciones serán imputados hoy por la fiscal Karina Bartocci, tras ser detenidos por el robo de un arma durante un allanamiento en barrio Municipal. Los dos oficiales y dos suboficiales fueron asignados a un procedimiento "espontáneo" en la zona donde se hacían allanamientos programados, por usurpación de viviendas. Parte del personal entró a una casa por la ventana de la habitación y uno de ellos tomó el arma de adentro del cajón de una cómoda. Cuando le preguntaron por la misma, dijo que era la suya y se la calzó en el pantalón. Luego, le dijeron que la sacara porque en el lugar también había civiles trabajando --en el relevamiento de las familias que habitan la zona--, y se la pasó a un compañero, que la sacó por la misma ventana. La movida llamó la atención ante la apariencia de irregularidad. Sumado a ello, un abogado llamó para preguntar en qué situación estaba su cliente tras el secuestro de su pistola; pero, en el acta del allanamiento firmada por los cuatro policías acusados no figuraba ningún arma secuestrada de la vivienda. Así se libraron allanamientos anteayer, en propiedades de los policías, pero el arma Bersa calibre 9 milímetros no fue encontrada. Entre la evidencia contra los agentes, está la filmación del procedimiento.
La veintena de allanamientos en la zona de Grandoli hacia el oeste, en el Fonavi Municipal, fue realizada el 26 de junio pasado, cuando el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, prometió "recuperar el barrio". En el operativo se trabajó con personal de la administración estatal que relevó a las familias que habitan las viviendas, para comprobar que fueran legítimas. Así, durante el procedimiento surgieron nuevos lugares para allanar, ante el planteo de los vecinos, por lo que se hicieron cuatro requisas espontáneas de viviendas. Incluso, en el lugar se le atribuyeron unos 15 domicilios ocupados a gente de "Pelo Duro", un joven que está preso en el marco de la causa de los Funes.
En ese momento, los cuatro agentes involucrados en el robo del arma fueron asignados a la casa en cuestión, ubicada en el núcleo 19, donde no había moradores en ese momento, pero claramente tenía elementos que demostraban que estaba habitada. Así, mientras uno de los policías filmaba, los demás comenzaron a recorrer la casa. Uno de los policías se metió a una de las piezas por la ventana y en un cajón encontró la Bersa, la sacó y cuando le preguntaron dijo que era la suya. Cuando le dijeron que no estuviera con el arma allí, donde había personal de civil, otro de los efectivos le dijo que él se la llevaría afuera. En el acta del allanamiento, firmada por los cuatro agentes, no se volcó ningún secuestro de arma. En tanto, el abogado del supuesto morador fue a consultar a Fiscalía en qué situación estaba su cliente por el secuestro de la pistola.
Con claras sospechas contra el personal actuante en el lugar, el jueves por la tarde efectivos de la Policía Federal allanaron cinco domicilios de los policías, a pedido de los fiscales Gisela Paoliceli y Matías Edery, en los que si bien no se encontró el arma, se secuestraron elementos de interés para la investigación.
En tanto, los policías Claudio M., Lucas U., Lucas C., Dante C. y Angel C., involucrados en la irregularidad, fueron citados anteanoche a la sede local de la PDI, en el ex Batallón 121, donde entregaron sus placas y quedaron detenidos a disposición de la Unidad de Violencia Institucional. Según se indicó, la fiscal Bartocci les imputará hoy, ante la jueza Silvia Castelli, delitos contra la administración pública, como falsedades en el acta, incumplimientos y encubrimientos, según las responsabilidades que les atribuya a cada uno.