El presidente de Ecuador Lenín Moreno instó a su antecesor Rafael Correa a regresar y “dar la cara” frente a la posible vinculación de éste con el intento de secuestro de Fernando Balda. Así, Moreno se refirió por primera vez al pedido de captura y extradición del ex mandatario que ordenó el martes la jueza Camacho. Lo hizo ayer en conversación con la prensa extranjera en el palacio presidencial. El encuentro tuvo lugar luego de conocerse que la Corte Nacional de Justicia (CNJ) ecuatoriana solicitara a Interpol la notificación roja de búsqueda y captura del ex mandatario. Luego de exigir la presencia de Correa, Moreno trató de mostrar distancia sobre el proceso judicial al asegurar que no le interesa si el ex mandatario es apresado o no, en sintonía con lo que trascendió días atrás de sus ministros, quienes se esforzaron por reiterar que existe una separación de poderes en Ecuador. “Ahora es una justicia independiente, el señor Correa debe tener la completa certeza de que esa justicia funciona de forma autónoma e independiente, que no tenga ningún recelo de venir al Ecuador, este es su país y que enfrente a la justicia”, afirmó su sucesor. Además Moreno aseguró que en el país no se busca venganza sino justicia. Luego, en respuesta a la denuncia de un complot y persecución política anunciada en sus redes sociales por Correa, el actual mandatario contestó con una ironía. “Sobre el argumento de que es un preso político, lo mismo puede decir el (narcotraficante mexicano) Chapo Guzmán,” comparó.
En la misma conferencia de presa Moreno aludió también a la medida tomada por el gobierno anterior de otorgarle la ciudadanía, en diciembre del año pasado, al fundador del sitio de filtraciones WikiLeaks, Julian Assange, exiliado hace sies años en la embajada ecuatoriana en Londres. “”Fue una tentativa fallida que no dio resultado (...) y, todo lo contrario, lejos de solucionar el problema, se puso más dificultoso de hacerlo”. Recientemente, el Gobierno de Ecuador decidió iniciar una etapa de conversaciones con las autoridades inglesas con el fin de buscar una solución en conjunto. Sin embargo, este diálogo, como lo denomina Moreno, trajo consigo la prohibición del periodista australiano de recibir visitas, usar internet y pronunciarse sobre eventos que ocurren en el mundo. “En esta nueva etapa hemos comenzado por donde se debería haber iniciado: conversando con las autoridades de Inglaterra”, manifestó. “Hemos iniciado un diálogo bastante fecundo, en el cual ellos nos han entregado cierto tipo de información para nosotros poder utilizarla en beneficio de la normativa internacional y en beneficio de los derechos de la vida del señor Assange. No está dentro de nuestro deseo, no está en el deseo del señor Assange permanecer refugiado toda la vida. Es por eso que tenemos que encontrar una solución, y si lo hacemos en conjunto con el gobierno inglés mucho mejor,” dijo Moreno.
La política exterior del gobierno ecuatoriano fue otro de los temas tratados en la conferencia que concedió el presidente a medios extranjeros. Allí trascendió que pedirá la devolución del edificio destinado a la sede de la Unasur en Ecuador. Esta es la segunda medida que en pocas horas golpeó al bloque bolivariano. El miércoles, la Cancillería envió sendas notas de protesta a La Paz y Caracas; llamó a consultas al embajador en Bolivia, Franklin Columba; y suspendió el viaje de Fabián Solano, que fue designado como embajador en Venezuela. Esto fue en respuesta a las muestras de solidaridad ofrecidas por los presidentes Evo Morales y Nicolás Maduro, hacia el ex mandatario Rafael Correa. Moreno calificó como “desafortunadas” las declaraciones de sus homólogos. “Si como países no respetamos las instituciones y los procesos, definitivamente estamos interviniendo en los asuntos internos de un país. Hemos sido cautelosos en el tratamiento de varios temas, a pesar de tener serias reservas y observaciones”, declaró Moreno en alusión a Venezuela.
En relación a la Unasur, el mandatario reconoció que por falta de consensos para elegir a su secretario, el organismo está abandonado y el edificio se ha convertido en un “nuevo elefante blanco” al que habría que darle otro uso. Asimismo afirmó que si el organismo logra subsistir, le entregarán un nuevo espacio para su funcionamiento. “Es absurdo que un edificio que cuesta varias decenas de millones de dólares esté sin ninguna utilidad. Nosotros hemos de requerir a Unasur la devolución de ese edificio para darle un mejor destino. Si no está haciendo nada, ese edificio sale sobrando. Ese edificio está dado en donación a Unasur y su recuperación depende de la decisión de sus miembros, pero lo vamos a solicitar”, dijo el mandatario.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organización internacional de ámbito regional, fundada en 2004, por países de América Latina y el Caribe, también fue criticada por Moreno quien aludió que “hace rato que ni funciona”. UNASUR y ALBA son dos de los proyectos más emblemáticos de integración de los países latino y centro americanos.