Cada vez que el presidente Mauricio Macri encuentra oposición a sus políticas habla de conductas mafiosas o señala como mafioso al que lo confronta. Ayer, durante la reapertura de un frigorífico en Santa Fe reclamó que “no haya más prepotencia ni comportamientos mafiosos en el país” y la emprendió nuevamente contra los abogados laboralistas.
No fue muy claro el discurso del Presidente cuando afirmó que su gobierno está trabajando “para que no haya más prepotencias ni comportamientos mafiosos. Hoy uno se te para en el camino y eso les caga la vida a todos, hablando mal y pronto. Porque tenemos que pagarle a ese señor que no hace nada para poder pasar. Eso encarece lo que hacemos, porque no nos permite tener el mejor precio”, dijo. Parecía que estaba haciendo referencia a las cabinas de peajes que hay en las rutas argentinas pero no, el mandatario le apuntaba a un sector de la justicia a la que particularmente le tiene tirria: “Hay muchas de esas mafias que estamos atacando. Una es la de la industria de juicios laborales, que pone en peligro especialmente a las pymes”, afirmó.
El discurso presidencial se produjo durante la reapertura de la planta frigorífica de la empresa Industrias Mattievich en la localidad de Carcarañá y Macri estuvo acompañado del gobernador Miguel Lifschitz. El mandatario provincial no se salvó de las críticas presidenciales porque le reprochó que “Santa Fe es la única provincia grande que no ha adherido a la ley de ART”.
Ya más enfocado en el frigorífico, Macri retomó su particular análisis de la realidad económica y política al reconocer que “a muchos les está costando” pero aseguró que “este es el camino” y “vamos a avanzar contra viento y marea”. Luego contó que conoció al dueño de la firma diez años atrás, cuando salió de una reunión con el entonces secretario de comercio Guillermo Moreno, y que entonces José Mattievich le explicó que “cuanto más exportemos, más hay de los cortes que consumimos nosotros, porque el mundo no se avivó que lo más rico es el asado, con lo cual vamos a tener más asado para mercado interno, más consumo si exportamos más”, indicó levantando el tono de voz como buscando generar entusiasmo y adhesión. “Lamentablemente tuvo que cerrar la fábrica porque no lo entendieron”, dijo en referencia al gobierno anterior y destacó que “hoy lo entendimos y estamos vocacionados en abrir más mercados”.
Esto le dio pie al Presidente para desarrollar su particular estilo para hablar del liberalismo: “Tenemos claro cual es el rumbo, queremos salir de ser un país Estado-céntrico, que todo pase por el Estado y encima que todo pase por Buenos Aires, y hacer un país verdaderamente federal, donde generamos empleo privado de calidad ligado a la exportación”, agregó mientras a su lado dos empleados, enfundados en su indumentaria, lo miraban en silencio sin saber que lo que estaba por llegar.
Macri buscó dar una buena noticia y buscó un nexo entre el frigorífico y el emprendimiento petrolero de Vaca Muerta. Entonces dijo: “Habrán escuchado ustedes que están ligados a las vacas”, iluminó las miradas impávidas de los obreros que lo acompañaban. Entonces contó que el día anterior se reunió con el ministro de Energía, Javier Iguacel, y anunció que, además de gas, “la sorpresa es que también tiene un montón de petróleo, entonces lo que podemos aspirar es que en menos de tres años dupliquemos la producción de petróleo, lleguemos a un millón de barriles, y podamos exportar la mitad”. “Lo importante no son tanto los dólares sino que para hacer todo eso vamos a generar decenas de miles de puestos de trabajo”, dijo.