Si el Gobierno busca resolver el problema de la inseguridad con la baja de la edad de imputabilidad de las personas menores de edad, equivoca el camino. Las estadísticas oficiales muestran que los delitos graves en los que están involucrados son pocos, de acuerdo con los registros del Centro de Admisión y Derivación de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal de la Ciudad de Buenos Aires (CAD). La mayoría de los ingresos (53,5 por ciento) es por delitos contra la propiedad sin armas y de ese total, casi la mitad (44,6 por ciento) es robo en grado de tentativa, es decir, no llega a producirse. “Sin quitarle importancia al tema de los chicos en conflicto con la ley penal, no se puede ignorar que la mayoría de los ingresos son por delitos menores. La relación entre delitos cometidos por personas menores de edad con los adultos es absolutamente asimétrica. La baja de la edad de imputabilidad más allá de que jurídicamente es inconstitucional y va en contra del principio de no regresividad de los derechos humanos, es absolutamente irrelevante a los fines que supuestamente persiguen. Por otro lado, está probado en el mundo que ni el endurecimiento de las penas ni la penalización a edades cada vez más tempranas haya    tenido ese resultado”, advirtió a PáginaI12 la abogada Marisa Graham, profesora de Derecho de la UBA y ex subsecretaria de Derechos para la Niñez, Adolescencia y Familia, durante el kirchnerismo.

  •  Imputabilidad. El Centro de Admisión y Derivación se creó durante la gestión anterior para evitar que los chicos fueran a comisarías, donde convivían con adultos. En 2016 ingresaron al CAD, seis adolescentes por homicidio doloso, Los delitos por los cuales los pibes son aprehendidos por las fuerzas de seguridad son prima facie la carátula que le llega al CAD. De ellos, dos tienen 16 años, tres 17, y uno, 15 años, que es chico detenido en Chile por el crimen de Brian Aguinaco, en el barrio de Flores. De los seis, solo uno no es imputable, por su edad.
  •  Penalización. Las estadísticas del CAD de 2015 muestran que solo el 6,1 por ciento de los egresos corresponde a delitos contra la propiedad con armas. Pero las armas no siempre son de fuego. De ese total, que involucra a 185 delitos, casi 6 de cada 10 fueron punibles. Casi el 93 por ciento correspondió a varones. Si se miran los cuatro delitos más frecuentes, robo a mano armada (112 hechos), tentativa de robo a mano armada (57), robo a mano armada de vehículo (6) y robo a mano armada poblado en banda (3), fueron penalizados el 64 por ciento de los delitos. El resto, se resolvió con el egreso para volver con su familia.
  •  Mitos. Los datos, que nunca se habían difundido hasta ahora, son parte de un informe elaborado por la gestión anterior para desterrar mitos y falsas creencias sobre la delincuencia juvenil, explicó Graham. Si se toma la totalidad de los delitos registrados en el CAD en 2015, que ascendieron a 3033 hechos y tienen que ver con 2539 causas penales, se observa que el 53,5 por ciento, corresponde a delitos contra la propiedad sin armas (1623). Le siguen los delitos contra el Estado y el orden público, con el 17,9 por ciento de los hechos (de los cuales casi la mitad de las aprehensiones –46,8 por ciento– se consignaron como atentado y resistencia a la autoridad; y 40,9 por ciento, por infracción a la ley de Estupefacientes, es decir, mayormente casos de adolescentes fumando un porro; y en tercer lugar, por tenencia de armas, en 7,6 por ciento de los hechos). A continuación, se ubican los delitos contra las personas sin armas (13,5 por ciento); otros delitos (7,8 por ciento); delitos contra la propiedad con armas (6,1 por ciento); delitos graves contra las personas (0,9 por ciento) y delitos contra la integridad sexual (0,2 por ciento). Sumando los primeros cuatro tipos de delitos, se llega al 95,7 por ciento de los ingresos en 2015 al CAD. Ninguno de ellos son delitos graves.
  •  Graves. Los delitos graves contra las personas fueron: 8 presuntos homicidios, 4 secuestros extorsivos y 10 privaciones de libertad. Hay que tener en cuenta que la estadística se refiere a delitos y no a cantidad de chicos en conflicto con la ley penal. En general, un adolescente puede ingresar con más de un delito que se le adjudica. Luego la justicia determinará si es o no culpable. Los delitos más graves, contra la integridad sexual, en todo 2015, fueron 7, el 0,2 de los delitos ingresados en los registros del CAD.
  •  No punibles. En relación a menores de edad en conflicto con la ley penal no punibles, a lo largo de 2015, hubo una averiguación de homicidio, 6 privaciones ilegítimas de la libertad y 1 secuestro extorsivo.
  •  Eslabón. “Es evidente que para los medios de comunicación hegemónicos y en general para la opinión pública muy manijeada por esos medios, le resulta mucho más perturbador escuchar que un pibe o una chica cometieron un delito a que lo haya cometido un adulto. Eso también tiene que ver con una sociedad patriarcal y autoritaria. Definitivamente el tema de los niveles de seguridad, que no es un tema menor para nuestra sociedad, no está determinado por la supuesta delincuencia juvenil. Los números lo demuestran con contundencia. Pero sucede que la cadena siempre se corta por el eslabón más débil”, observó Graham.